Fue la noche del pasado domingo cuando el presidente tomó el celular de Adán Augusto López, y con el rostro visiblemente molesto, pidió a César Yáñez vigilar más de cerca las acciones de Cuitláhuac García en Veracruz. “Lo que vi este fin de semana allá es preocupante”, dijo al nuevo subsecretario de gobernación.

Y es que este fin de semana, durante la gira de AMLO al estado, se percató del terreno perdido en la zona rumbo a la elección del 2024, dejando de lado a quien acabe adueñándose de la candidatura. “Sea Rocío o Sergio el que nos represente allá, el asunto es que Cuitláhuac no nos ayuda nadita”, dijo el tabasqueño.

AMLO vio pequeño a García Jiménez en el municipio de Veracruz, comandado por el PAN, y eso le preocupó en demasía. “Cuitláhuac no tiene la capacidad para operar la elección en el 2024, ni con Nahle y mucho menos con Sergio Gutiérrez, a quien equivocadamente desconoció de manera pública, cuando la ropa sucia se lava en casa”, me apuntaron en gobernación.

Al presidente le bastaron unas horas en esta última gira para darse cuenta que su gobernador puede hacerle perder el estado, (y que si desea evitarlo), tendrán que intervenir él y toda su comitiva de asesores atrincherada en Palacio Nacional, “aunado a lo que traigan Nahle o Gutiérrez Luna”.

Sigue vigente la idea de “traerse a Cuitláhuac García a ocupar un cargo en CDMX, en el afán de evitar que siga dañando las posibilidades electorales de Morena en el 2024”, afirman en Bucareli, pero esa decisión la tomará únicamente el presidente.

Lo cierto es que después de esta última visita a tierras veracruzanas, AMLO entendió lo que sus asesores en reiteradas ocasiones le advirtieron, “Cuitláhuac García puede entregar la elección a la alianza opositora, sin importar quien la abandere, pues ocurriría por hartazgo, castigo o decepción a su mandato”.

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