La mesura con la que la Secretaría de Marina anunció la captura de Rafael Caro Quintero –sólo se ha referido a la muerte lamentable de 14 de sus elementos que habrían ‘respaldado’ el operativo-, contrasta con el despliegue informativo que ha hecho el gobierno de Estados Unidos, quien incluso ha confirmado la participación de los elementos de la Administración de Control de Drogas (DEA).

Entonces, ¿quién atrapó a Caro Quintero?: La Marina Armada de México. Suponer que el operativo habría sido diseñado y eventualmente ejecutado por la agencia estadunidense sólo con el apoyo de la Secretaría de Marina (Semar), violaría la Constitución y echaría por tierra la intención de la Ley de Seguridad Nacional de acotar la presencia de los agentes de la DEA en México.

Conozco desde hace varios años al Almirante José Rafael Ojeda Durán, Secretario de Marina. Es un veracruzano ejemplar, cuyos principios, formación militar y amor por México están por encima de cualquier ideología política. Ha conducido a la Semar con inteligencia y mesura. No es casual que sea una de las instituciones más confiables del Estado mexicano para otros gobiernos extranjeros.

Todos sabemos que un operativo así para atrapar a un narcotraficante de ese calibre no se organiza en dos días. Tampoco se podría realizar a espaldas de instituciones y fuerzas armadas que mantienen intactas sus estructuras de inteligencia y despliegue operativo en territorio.

La captura de Caro Quintero es sin duda un acierto enorme de la Secretaría de Marina, quien no ha perdido la brújula respecto de su responsabilidad de salvaguardar la vida y la seguridad de los mexicanos. Por fortuna, si algo ha quedado claro durante décadas, es que una cosa es el gobierno y otra las fuerzas armadas. Estas sirven a la patria, no a la efímera disputa política de los gobiernos en turno.

Si bien, las declaraciones de ambos gobiernos han sido jurídicamente correctas, es evidente que se trató de un operativo conjunto de la Marina con el apoyo de la DEA. El lamentable desenlace de un grupo de élite de elementos de la Semar confirma la violenta reacción del cártel que se cobró -como lo hacen los delincuentes, a balazos y no con abrazos- la captura de su líder.

En cambio, la festiva reacción del gobierno de Estados Unidos parece decir otra cosa. Corresponde a esta visión de “policía del mundo” en el que los héroes suelen ser norteamericanos a pruebas de balas que van por el mundo liberando a los pueblos de la opresión. Es la historia escrita mil veces desde Hollywood.

Si hasta ahora ningún representante de las fuerzas armadas de México ha salido a dar declaraciones sobre la captura, sus consecuencias y el proceso que deberá seguir, es porque podrían ser días de furia. Se refiere prudencia. Las represalias del cártel y el reacomodo de los grupos de delincuencia organizada obligan al gobierno, a pesar de su resistencia, a replantear su estrategia de seguridad en esa región del país.

En Estados Unidos es distinto. La captura de Caro Quintero se ha celebrado como uno de los logros más importantes de la DEA y un duro golpe del gobierno norteamericano al narcotráfico en México. El mismo día de su captura, el gobierno ya tenía todo listo: la solicitud para su extradición inmediata, el juicio que deberá enfrentar por los crímenes cometidos en ambos países e, incluso, una alerta de viajes ante posibles enfrentamientos por la captura.

En medio del luto por sus marinos, en México no hubo euforia, en Estados Unidos sí. El sábado por la mañana, la directora de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), Anne Milgram, se propuso adjudicarse la detención de Rafael Caro Quintero, dejando la colaboración de elementos de la Secretaría de Marina (Semar) de México en las letras chiquitas.

La propaganda estadunidense no quedó ahí. El fiscal general Merrick B. Garland dijo que “no hay escondite para nadie que secuestre, tortura y asesine a las fuerzas del orden estadounidenses. Estamos profundamente agradecidos a las autoridades mexicanas por la captura y arresto de Rafael Caro Quintero». Es el Tío Sam siendo el Tío Sam.

El mismo sábado, la Embajada de Estados Unidos en México emitió una alerta para que ciudadanos estadunidenses eviten visitar Sinaloa y Sonora, pues prevé enfrentamientos tras la detención de Rafael Caro Quintero. Nada es imposible.

Por desgracia, México seguirá poniendo a los héroes y a los muertos, mientras que Estados Unidos seguirá colgándose las medallas de la lucha contra el narcotráfico.

La puntita

El tema de la migración fue la cortada para el encuentro de los mandatarios. López Obrador ha cancelado todos los programas sociales en favor de los migrantes; de ellos sólo le interesan las remesas. Estados Unidos no cambiará un ápice su política antiinmigrante. El tema siempre fue Caro Quintero.

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