El papa Francisco dijo este jueves a integrantes de tres órdenes religiosas que no deben tener tolerancia con miembros que cometan abuso sexual y que tienen la obligación de denunciarlos a fin de proteger a otros.

Francisco les suplicó que no encubran la “realidad” del abuso sexual del clero transfiriendo violadores a otros países.

“Somos sacerdotes para llevar a la gente a Jesús, no para devorar a la gente con nuestra lujuria”, dijo Francisco. “El abusador destruye, devora al abusado con su lujuria. Cero tolerancia”, añadió.

En 2019, el papa aprobó una nueva ley eclesiástica que dicta que los sacerdotes y las monjas tienen que denunciar los abusos a las autoridades eclesiásticas, pero no a la policía. Fue su última medida para tratar un problema que ha afligido a la Iglesia durante décadas y ha puesto a prueba su credibilidad.

Las órdenes religiosas han tenido algunos de los peores registros, en parte porque su estructura ha permitido a los abusadores mudarse fácilmente a diferentes países en vez de enfrentar la justicia.

“Esto no se resuelve con una transferencia, ‘Ah, de este continente lo enviaré a otro’. No”, dijo el papa Francisco a los superiores de las órdenes.

El papa se reunió con representantes de la Orden de la Madre de Dios, los Basilianos de San Giosafat y la Congregación de la Misión.

En febrero se cumplieron 25 años desde que un diario de Connecticut sacó a la luz uno de los mayores escándalos de abuso sexual de la Iglesia Católica: el caso del padre Marcial Maciel, denunciado posteriormente como un pederasta en serie que violó al menos a 60 menores.

El diario informó entonces que ocho hombres acusaron al fundador de la orden religiosa Legión de Cristo de violarlos y acosarlos cuando eran niños que aspiraban al sacerdocio.

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