Una parte importante de los lectores originales de FayerWayer pertenecen a una generación que tuvo que navegar por web de la manera más rupestre y cableada posible. En aquellos días de los módems colgados a la línea telefónica y donde descargar una sola canción tomaba hasta 30 minutos el concepto del internet cuántico sonaba como algo de ciencia ficción.
Sin embargo estamos aquí, en pleno siglo XXI con una infraestructura de telecomunicaciones que aplasta brutalmente a la tecnología de punta que existía en ese campo hace tres décadas.
Si bien en los últimos años todo se ha enfocado en el desarrollo de redes móviles, como la 5G, y tecnología de fibra óptica, cuya velocidad de transmisión de datos ha demostrado ser escalable de manera progresiva y estable, la realidad es que el proyecto de la internet de cualidades cuánticas nunca se perdió. Y hoy se ha dado un importante paso hacia allá.
Primero lo básico: qué es el internet cuántico
A grandes rasgos, el internet cuántico es el futuro de la web, con niveles de velocidad que disminuyen la latencia y retraso al mínimo posible, a fracciones ínfimas de segundo, cargando paquetes de datos monumentales, imposibles virtualmente para los estándares actuales.
De modo que el Internet de las Cosas (IoT) dejaría de ser un concepto que funciona a veces, entre muchas otras cosas. En la informática se codifican los datos utilizando unos y ceros. Mientras que en el reino cuántico dichos componentes binarios se superponen simultáneamente basados sobre qbits.
En otras palabras, el internet cuántico será una red que permitirá a dispositivos cuánticos intercambiar información de forma ultra veloz regido por las leyes de la mecánica cuántica. De modo que su velocidad será mucho mayor a la actual, a niveles jamás vistos.
El último logro: conectar dos átomos
En el más reciente logro dentro de este terreno, investigadores de la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich (LMU) y de la Universidad del Sarre han publicado los resultados de su más reciente investigación donde han roto el récord de distancia de entrelazamiento cuántico entre dos átomos.
Según detalla el documento, los científicos utilizaron una vía de fibra óptica para entrelazar dos átomos de rubidio ubicados en dos edificios diferentes de la propia universidad.
El punto interesante aquí es que ambos átomos se encontraban separados por 700 metros de fibra óptica iniciales, expandidos a 33 kilómetros mediante una serie de carretes de cable adicionales dentro del mismo campus.
Es escenario parecía imposible, pero lograron enlazar ambos átomos utilizando un pulso de láser que emitió un fotón enredado cuánticamente al átomo primer átomo.
Dicho fotón se envío por el cable de fibra óptica y recorrió los 33 kilómetros hasta llegar a su extremo receptor en la otra estación.
Sí, sólo fue un fotón, pero la demostración de que es posible conectar ambos puntos representa un avance brutal hacia el futuro del internet cuántico.
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