En 2018, los arqueólogos hicieron un descubrimiento asombroso en la Reserva de Caza Swagga Swagga, en el centro de Tanzania: 52 refugios rocosos previamente indocumentados, pintados deliberadamente con arte rupestre. Posteriormente, identificaron y estudiaron un friso de arte figurativo en esa zona, que incluye tres misteriosas figuras antropomórficas con cabezas de enormes dimensiones: aún no ha podido comprenderse qué representan.
Una investigación iniciada en 2018 y continuada en 2021 permitió descubrir un verdadero “museo” oculto de arte rupestre en Tanzania: entre los ejemplos descubiertos destaca especialmente un grupo de figuras que representan a criaturas con formas humanas, pero dotadas de enormes cabezas. Aunque los investigadores no han podido determinar aún con exactitud el motivo de estas representaciones, creen que se podría tratar de búfalos pintados con un estilo muy particular.
Pintadas en rojo
El sitio donde se identificaron las pinturas rupestres se denomina Amak’hee 4, dentro de Reserva de Caza Swagga Swagga. En un estudio publicado en la revista Antiquity, el investigador Maciej Grzelczyk, de la Universidad Jagiellonian, en Polonia, describió que las figuras están pintadas casi en su totalidad con pigmento rojo, a excepción de cinco figuras en blanco.
Según un artículo publicado en Science Alert, la meteorización de este pigmento y la ausencia de animales domésticos sugiere que las pinturas se remontarían a la época de las sociedades de cazadores-recolectores de la región, por lo que tendrían como mínimo varios cientos de años. Sin embargo, el arqueólogo polaco reconoció que es difícil fechar las creaciones con precisión, en función de las características en las que se concretó el descubrimiento.
¿Búfalos sagrados?
Swagga Swagga es un área que pertenece a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2006, debido a la presencia de numerosos abrigos rocosos que contienen arte rupestre. Su número exacto no está documentado, pero se estima que existen entre 300 y 400. Entre los nuevos hallazgos en Amak’hee 4, resulta particularmente interesante una escena que se centra alrededor de tres imágenes. En este trío aparecen las figuras con enormes cabezas.
Grzelczyk y otros expertos creen que podría tratarse de cabezas de búfalo estilizadas: las formas recuerdan la depresión central en el perfil de la cabeza del búfalo, desde donde se elevan los dos cuernos y luego se doblan hacia afuera, alejándose de la cabeza. Aunque en la religión actual del pueblo Sandawe, que habita la región y quienes serían los descendientes de los creadores de las pinturas, no se encuentran elementos de antropomorfizarían de los búfalos o creencias en la posibilidad de transformación de las personas en estos animales, sí existen aspectos rituales que ofrecen un paralelo con las figuras de arte rupestre.
Rituales con cuernos
Por ejemplo, los Sandawe aún practican el llamado símbolo ritual, que se caracteriza por entrar en estados de trance. La transformación en león fue una posible motivación de los participantes para alcanzar estos estados, según documentaron los científicos. Un aspecto de este ritual incluye la percusión con cuernos de búfalo por parte de las mujeres, mientras que los participantes masculinos buscan piedras llamadas kisango durante el trance, cuyo hallazgo es una señal para completar el ritual.
Posteriormente, los kisango se colocan dentro de los cuernos porque se consideran una poderosa medicina contra la brujería, en tanto que en otro ritual relacionado con la fertilidad las mujeres levantan la mano de tal manera que simbolizan cuernos de animales de caza, en referencia también a la forma de la Luna. Según los especialistas, todos estos elementos podrían indicar que los búfalos han sido históricamente trascendentes para los pueblos de la región, motivando las figuras descubiertas.
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