Los océanos de nuestro planeta son invaluables: albergan ecosistemas enteros, enfrían el planeta y son hermosos a la vista. Sus aguas también contienen reservas de energía limpia que no han sido explotadas. La energía en la fuerza de las maras y el movimiento del agua es difícil de aprovechar, ya que las máquinas hechas por el hombre son vulnerables a los climas extremos y el agua. Sin embargo, la empresa japonesa IHI Corporation lleva años desarrollando tecnología de turbinas submarinas; y en 2017, se asociaron con la Organización de Desarrollo de Tecnología Industrial y Nuevas Energías (NEDO) para probar una ingeniosa turbina llamada Kairyu.
Kairyu quiere decir “corriente oceánica” en japonés. La máquina está hecha de tres cilindros conectados de 20 metros de largo de generadores de energía con palas de turbina, similares a las de los molinos de viento. Fabricada en acero resistente a la presión, la máquina debe hacer frente a las aguas turbulentas. Está diseñada para ser anclada y flotar a unos 50 metros por debajo de la superficie. A medida que las corrientes superficiales mueven las palas, giran en direcciones opuestas, estabilizando así la turbina a la que están unidas. También puede maniobrar para atrapar la corriente en su punto más fuerte.
La corriente creada por las aguas arremolinadas del giro del Pacífico norte se canaliza hacia la fuerte corriente de Kuroshio cerca de la costa de Japón. Como una nación insular con montañas, Japón tiene aguas costeras en abundancia, pero menos espacio para colocar paneles solares y molinos de viento en tierra. Después de una prueba de tres años y medio en el océano, Kairyu puede producir 100 kilovatios de energía. Esto es significativamente menos que los 3,6 megavatios de la turbina eólica marina promedio. Sin embargo, los investigadores creen que podrían crear un modelo más grande que produzca 2 megavatios.
La corriente de Kuroshio podría producir alrededor de 205 gigavatios de energía, superando potencialmente la producción actual de energía de Japón. Eventualmente, las granjas de turbinas oceánicas pronto podrían ser algo muy común debajo de la superficie de nuestros océanos. A medida que la ciencia se pone al día con los desafíos de construir tecnología resistente, aprovechar el poder de las olas del océano puede convertirse en una fuente crítica de energía renovable casi ilimitada. Sustituir los combustibles fósiles sucios por energía limpia es fundamental para el futuro del planeta, y los océanos son parte clave de esta misión.
Una enorme turbina sumergida en el mar de Japón genera energía con las fuerzas renovables de las mareas
Si bien la máquina, llamada Kairyu, solo produce energía a pequeña escala en la actualidad, puede ser una fuente ingeniosa e inagotable de energía limpia en el futuro.
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