La criatura fue descubierta bajo las ruinas de un taller que fue destruido por un terremoto en el año 62 d.C. y quedaron cubiertos por cenizas volcánicas y rocas cuando el monte Vesubio entró en erupción 17 años después.

Los arqueólogos encontraron los restos del reptil enterrados bajo cenizas y rocas donde había permanecido sin ser descubierto desde el 79 d.C., año en el que se produjo la erupción. Los expertos sospechan que pudo haber muerto mientras intentaba poner los huevos.

La erupción fue devastadora y mató instantáneamente a los habitantes de Pompeya y la vecina Herculano, enterrando un área a unos 20 kilómetros del volcán en cenizas en solo unas pocas horas.

Así, hace unos 2 000 años, la tortuga de 14 centímetros, se había metido en una pequeña guarida subterránea debajo de una tienda destruida en un terremoto anterior pero murió mientras intentaba encontrar un lugar pacífico en el que colocar a sus crías.

Un hallazgo insólito

El hallazgo inusual salió a la luz durante las excavaciones de un área que había sido devastada por un violento terremoto en el año 62 d.C. y posteriormente fue absorbida por una casa de baños públicos.

Al parecer, el lugar era originalmente una casa opulenta con mosaicos refinados y pinturas murales, que data del siglo I a. C., y los arqueólogos no están seguros de por qué el edificio no fue restaurado sino que fue ocupado por los baños de Stabian.

Los expertos dicen que el descubrimiento ilustra la riqueza del ecosistema natural de Pompeya en el período posterior al terremoto.

Magna Pompeya

«Tanto la presencia de la tortuga en la ciudad como el abandono de la suntuosa domus… ilustran el alcance de las transformaciones tras el terremoto del 62 d.C.», explicó Gabriel Zucht Riegel, director general de Pompeya, en un comunicado de prensa.

Zucht Riegel continuó explicando que el descubrimiento de la tortuga hembra se suma a “este mosaico de relaciones entre cultura y naturaleza, comunidad y medio ambiente que representa la historia de la antigua Pompeya”.

Según las imágenes distribuidas por el Pompeii Archaeological Park, algunas partes del caparazón de la tortuga aún están intactas, junto con su cola, y su lugar de descanso final -en un rincón del ancestral taller-.

Los arqueólogos responsables del yacimiento de Pompeya continúan trabajando y descubriendo más artefactos y restos que cuentan historias de aquellos que acabaron sepultados por lava y cenizas tras una de las erupciones volcánicas más famosas y mortíferas de la historia de Europa.

Las excavaciones en la sección de baños Stabiane de Pompeya están siendo realizadas por la Universidad Libre de Berlín, la Universidad L’Orientale de Nápoles y la Universidad de Oxford, junto con el sitio arqueológico de Pompeya.

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