Veracruz es el segundo estado del país con mayor número de casos de extorsión, de acuerdo con reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, no son “otros datos”, es el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Diariamente vemos avisos en las redes sociales para no caer en estafas, la que se ha vuelto muy común es un falso reclutamiento, una oferta de empleo en empresas internacionales que resulta ser extorsión. Pero la extorsión que más lastima es la que se hace en persona, con pistola en mano, el cobro de piso, y por esa actividad se pierden vidas y se clausuran negocios que son el soporte de familias, en todo México. Los fríos números del reporte dicen que en lo que va del 2022 se han registrado 4 mil 73 víctimas de el mencionado delito en las 32 entidades del país, significando un aumento de 28.8 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2021. Una tendencia que nacional que, en el plano estatal, no nos llena de orgullo.
El Estado de México encabeza la lista con mayor número, al contabilizar mil 061 casos, seguido de Veracruz, con 350 y Nuevo León, con 320 casos. Ahora, si hay que ser muy claros, la realidad en la extorsión también implica que el grado de inocencia, por no decir ignorancia, de las posibles víctimas incide en el éxito del extorsionador; lo que no quita responsabilidad a las autoridades, tanto federales como estatales, de combatir y prevenir ese delito. En el mundo actual, con tanta información a nuestro alcance, con la hiperconectividad entre individuos, el viejo arte del engaño sigue redituando a las bandas delincuenciales con modalidades de estafa a distancia.
Y en el plano local, en Xalapa, la violencia en forma de feminicidio no para, y no basta con que el número contabilizado de esos crímenes sea pequeño, es que no debería existir y punto. En lo que va del 2022 Xalapa es el municipio con mayor número de feminicidios, con cuatro casos, seguido de Veracruz, con tres posibles casos, Ciudad Isla, Acultzingo, Acayucan, Nogales, Tlapacoyan y Cosoleacaque, “que presentan dos casos cada uno y el resto tiene uno al menos al año”, informó Estela Casados, académica e investigadora de la Universidad Veracruzana y titular del Observatorio Universitario de Violencia contra las mujeres.
La capital veracruzana, ciudad de las flores, cuna de la cultura en el estado, sede de la Universidad Veracruzana y los 3 Poderes del Estado, está por encima de municipios que, tradicionalmente tienden a considerarse más violentos. Son señales graves de que falta mucho trabajo en prevención y contención a nivel municipal.
Y el entorno estatal para las veracruZanas sigue siendo de miedo, pues según Casados destacó que el Observatorio Universitario de violencia contra las mujeres de la Universidad Veracruzana ha registrado, en lo que va del 2022, un total de 48 eventos que cumplen con algunas de las razones de genero de acuerdo con el Código Penal para ser tipificados como feminicidio.
Y para acabarla de rechingar, después de tanta felicidad por la aprobación del matrimonio igualitario en la entidad, en lo que va del año en el estado de Veracruz se han registrado 18 crímenes de odio contra integrantes de la comunidad LGBTTIQ, señaló el diputado Gonzalo Durán Chincoya.
El caso más reciente fue el ocurrido Papantla, en donde fue asesinado Fernando Guerrero Pérez, ex rey de carnaval de Papantla, y dedicado al estilismo. Su cuerpo fue hallado muerto con 35 puñaladas atrás de una tienda de autoservicio; su cuerpo fue cubierto con sábanas, almohadas y otras prendas.
El legislador dijo que ante estos hechos confía en las investigaciones de la Fiscalía General de Veracruz, esa fiscalía que detiene homónimos como presuntos culpables, esa que fiscalía que no presentó pruebas suficientes en el caso políticamente más importante que ha enfrentado, el de José Manuel del Río; bueno, pero Durán afirma que desde el Congreso local le dan seguimiento, aunque no dio detalles sobre qué tipo de seguimiento.
Así que mientras las autoridades del estado se preocupan por los adversarios políticos, las y los veracruzanos seguimos bajo el yugo de los peores enemigos que puede tener una sociedad, la inseguridad y la impunidad. El día que de verdad predomine una percepción de seguridad y estado de derecho en Veracruz, ese bendito y anhelado día, entonces, si nos pueden presumir de transformación, pero el sexenio se está acabando.