Hasta ahora, las células T del receptor de antígeno quimérico (CAR) han transformado el tratamiento de los cánceres de sangre refractarios ya que estas células inmunes genéticamente modificadas buscan y destruyen las células cancerosas con precisión. Pero ahora, este revolucionario tratamiento está comenzando a aplicarse a nuevas enfermedades también conocidas, como la diabetes. Un estudio presentado en la última reunión de la Sociedad de Endocrinología de Estados Unidos abre la puerta a una futura eliminación de las inyecciones de insulina, el único tratamiento viable hasta el momento para la diabetes tipo 1. En la diabetes, a diferencia de cómo funciona este tratamiento en el cáncer, se centrará en las células T encargadas de regular la inflamación. La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como energía. En el caso de la diabetes tipo 1, está provocada por la destrucción de las células beta del páncreas, las productoras de insulina, a través de los linfocitos T. Hasta ahora, las inyecciones de insulina eran el único tratamiento efectivo contra esta enfermedad autoinmune para mantener los niveles de azúcar en un rango adecuado. Uno de los tratamientos que consiguió revertirla, y mostrar resultados positivos en pacientes con este tipo de diabetes severa, fue a través de una terapia celular con células madre.

Pero parece que el equipo liderado por argentino Juan Carlos Jaume, profesor de Endocrinología de la Universidad de Toledo (Ohio, Estados Unidos), está encontrando las respuestas en este nuevo enfoque de tratamiento CAR-T.

Resultados

Para comprobar este efecto, el doctor su equipo obtuvieron muestras de sangre y de páncreas de pacientes a los que se le extrajo por alguna razón clínica (cáncer de páncreas y pancreatitis). De la sangre obtuvieron células T reguladoras, abreviadas como Tregs, que se encargan de regular o suprimir a otras células del sistema inmunitario, las cultivaron y las modificaron genéticamente para reconocer antígenos relacionados con las células beta. Así lo ha adelantado el medio El ESPAÑOL.

Con esta modificación introdujeron otra: »asociaron a los linfocitos T editados (CAR Tregs) una proteína fluorescente verde. De esta forma podían verificar si las células, cuando se introdujeran en los islotes de Langerhans (las estructuras del páncreas que producen las células beta), sobrevivían y proliferaban.», indican.

Los investigadores cultivaron los islotes pancreáticos obtenidos de los páncreas humanos y los combinaron con las CAR Tregs, que proliferaron en las siguientes 72 horas. También los probaron en ratones modificados para expresar la diabetes tipo 1 humana, mostrando el mismo comportamiento: estos linfocitos, modificados genéticamente, suprimían la respuesta de los linfocitos T citotóxicos que atacan a las células beta del páncreas, regenerando la producción de insulina en el cuerpo.

Esto supone un gran avance y un nuevo conocimiento en los mecanismos de respuesta inmunitaria y en el avance de este tipo de terapia joven y revolucionaria en el tratamientos de nuevas enfermedades.

diariodesevilla.es

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