Después del “jalón de orejas” que recibió Cuitláhuac García hace algunos días, el presidente decidió “levantarle el castigo” y retomar su gira al sur de Veracruz, particularmente a Coatzacoalcos y Minatitlán. La condición para los morenistas: no preguntarle algo sobre la sucesión gubernamental.
Y es que por muy incómodo que el tabasqueño se sienta (en este momento) con su gobernador consentido, la relevancia del estado rumbo a la elección presidencial (siendo el cuarto con mayor padrón electoral en la república mexicana), vence cualquier coraje actual.
Fuentes en Palacio Nacional me hicieron saber que, bajo el argumento electoral, quien logró convencer a AMLO de retomar su gira (con algo de insistencia), fue Adán Augusto López, y también para orientar (de nueva cuenta y más enérgicamente), a Cuitláhuac García “sobre lo que debe y no decir ante medios de comunicación”.
“Cuitláhuac le está regalando la elección a la oposición sin tener candidato aún”, me dijeron en Segob, preocupados por el terreno que podrían enfrentar Nahle o Gutiérrez Luna, más aún si el candidato opositor es cobijado por Movimiento Ciudadano, o incluso, emane de ahí mismo.
De hecho, para reducir la exposición de García Jiménez a los yerros mediáticos, (y evitar mayor material de escarnio en redes sociales), ya se contempla la posibilidad de ordenar, (desde la misma Segob), la suspensión de sus conferencias de prensa, a menos que sean muy necesarias, o bien, continuar con ellas, pero dejando hablar más a sus secretarias o secretarios de despacho.
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