Si algo le encanta a Andrés Manuel López Obrador son las multitudes aglutinándose en torno a su persona; es feliz rodeado de admiradores y disfruta los apretones de manos, los abrazos y las palmadas en la espalda. Se dice que no fueron los muertos ni los contagiados de Covid los que lo entristecieron durante la pandemia, sino la falta del apapacho popular.

De ahí que con la pandemia aún en el cenit reactivó sus giras ignorando las advertencias de la OMS y el contagiadero que pudo haber provocado.

Pero sus giras como presidente (en especial las últimas) difieren a las que hacía como candidato. Antes del 2018 era vitoreado, aclamado y ovacionado; hoy los aplausos escasean y proliferan los reclamos. Para colmo las multitudes no son las de antaño.

Veracruz y Oaxaca se disputan el dudoso honor de ser los estados que más ha visitado como presidente Andrés Manuel. Ha hecho más de veinte visitas a cada una de esas entidades. Pero mientras en Oaxaca ni suda ni se acongoja porque no hay problemas de inseguridad, desempleo, ni desabasto de medicamentos, en Veracruz suda la gota gorda.

Como cada día le cuesta más trabajo justificar la presencia de Cuitláhuac en la gubernatura, sus visitas se han vuelto de pisa y corre. Hoy miércoles era esperado en Coatzacoalcos donde estaría unas horas para conmemorar el Día de la Marina, pero el viaje se canceló.

¿El motivo? La versión oficial dice que fue porque el huracán Agatha podría impactar en aquella zona, pero puro cuento. Desde el martes por la mañana Agatha bajó su intensidad hasta convertirse en tormenta tropical y nunca fue una amenaza para Coatza.

Lo más apegado a la verdad es el trascendido extraoficial y éste dice que el equipo de Inteligencia supo desde la víspera, que grupos de inconformes se preparaban para hacer movilizaciones donde estuviera el presidente, lo que fue calificado de riesgoso, por lo que le sugirieron cancelar la visita y el tabasqueño no se hizo del rogar.

“Si en efecto, se preparaban movilizaciones. Desde las masacres de Minatitlán y Coatzacoalcos el presidente nos prometió seguridad y no ha cumplido. La violencia sigue en la zona y ya no queremos tacos de lengua; queremos seguridad. Eso le iban a exigir los ciudadanos”, me dijo vía celular un colega de aquel rumbo.

Y como que se le quiere venir la noche encima a Andrés Manuel; conforme avance su sexenio arreciarán los reclamos en demanda de seguridad por lo que habrá más viajes cancelados a diferentes partes de la República.

El librito de la política dice que una cosa es engañar como candidato y otra diametralmente opuesta hacerlo como presidente y de éstas mentiras no hay que abusar. Eso nunca lo aprendió el tabasqueño que ha mentido hasta el hartazgo desde que se terció la banda presidencial. Un ejemplo claro es la seguridad; prometió que pacificaría al país en dos años y terminó abrazando a los delincuentes.

Con ese antecedente quién va alegrarse con la presencia de un presidente que ha permitido que la violencia crezca a lo bárbaro. Y encima de eso busque cínicamente en sus giras vítores, ovaciones, abrazos y apapachos.

Delfino Ortega ¿respondón y traicionero?

El viajecito que hizo a Perote el sábado anterior el subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez como cabeza de “Unidos Todos” (una Asociación Civil supuestamente buena onda y sin fines de lucro, pero que nos está costando a todos los veracruzanos), ha sido la comidilla en los cafés y corrillos políticos de la capital del estado.

Ha trascendido que el motivo principal de que Eleazar se pavoneara por esa ciudad, fue para posicionar al diputado Paúl Martínez Marie. Pero lo interesante es que el alcalde peroteño Delfino Ortega Martínez, estaría negociando con el subsecretario la entrega de la plaza a Morena.

¿Quién es Delfino Ortega? Un político local ya entrado en años (pero en bastantes años), que le debe hasta los calcetines que trae puestos al diputado federal José Francisco Yunes Zorrilla, pero últimamente le ha dado por coquetear con Morena al grado que moreno que llega a Perote, moreno con el que se toma una selfie. Y con Eleazar no fue la excepción pues nos comentan, que hasta le prestó el enorme salón donde el primo hermano de Cuitláhuac García organizó su “evento” del sábado.

Es decir, don Delfino está saliendo respondón, indisciplinado y con marcadas tendencias a la traición.

En lo personal lector, no creo que tenga ni el arrastre, ni el empuje, ni la capacidad política como para dar un susto en uno de los pocos bastiones priistas que quedan en Veracruz, pero por sí o por no, deberían vigilarlo más de cerca. No vaya a ser la de malas.

bernardogup@nullhotmail.com