El valor de las remesas a México creció prácticamente seis veces más que las remuneraciones obtenidas por todos los trabajadores formales e informales en el país durante los pasados dos años. Esta brecha es resultado del colapso en el mercado laboral con el inicio de la pandemia, al que siguió un crecimiento sin precedente en los recursos que llegaron al país vía transacciones familiares.

La masa salarial –que engloba todas las remuneraciones recibidas por los ocupados formales e informales en el país– no se había recuperado del impacto que tuvo el primer confinamiento en el mercado laboral, lo hizo hasta el primer trimestre de 2022 y se ubicó 3 por ciento por encima del nivel prepandemia, muestra el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

No obstante, en el mismo periodo, el valor en pesos de las remesas que llegaron a México –las cuales son producto del trabajo de la migración laboral, principalmente hacia Estados Unidos– aumentó 20.3 por ciento en términos reales, revelan datos del Banco de México. Tan sólo el año pasado, el país se volvió el segundo receptor de este tipo de recursos, sólo detrás de India.

La masa salarial y las remesas muestran dos caras de los ingresos laborales de trabajadores mexicanos; unos ocupados en el país y el resto empujados a buscar ingresos fuera de él, pero cuya contribución equivale a prácticamente 70 por ciento de las remuneraciones de los primeros.

Durante el primer trimestre de 2022, la masa salarial sumó 328 mil 606.95 millones de pesos. Es la primera vez que se ubica por encima de los 318 mil 907.32 reportados entre enero y marzo de 2020, antes de que se declarara la pandemia de covid-19 y los primeros casos registrados en México llevaran a un confinamiento que dejó fuera del mercado laboral a alrededor de 12.5 millones de personas y a otras, que permanecieron en él, con recortes salariales.

Los estimados del Coneval, con base en las encuestas de empleo que levanta el Inegi, exhiben que en el primer trimestre de 2022 la renta laboral per cápita fue de 2 mil 850.25 pesos, lo cual reflejó un aumento en todos los quintiles, pero centralmente en 20 por ciento de la población de menores ingresos.

En el mismo periodo, el ingreso laboral por población ocupada alcanzó 6 mil 611.78 al mes. Los resultados se dan a la par de un incremento de 22 por ciento en el salario mínimo para este año, como parte de la política de recuperación de poder adquisitivo para la remuneración base.

Mientras la masa salarial se mantuvo prácticamente estancada en dos años, las remesas familiares pasaron de 191 mil 279.78 millones de pesos en los tres primeros meses de 2020 a 230 mil 169.63 millones en el primer trimestre de 2022, también ajustados a valores constantes, de acuerdo con datos del Banco de México.

Con ello, los recursos enviados por trabajadores en el extranjero pasaron de representar 60 por ciento de las remuneraciones de todos los ocupados en México durante el primer trimestre de 2020 a 70 por ciento en el mismo periodo de 2022.

Un estudio del Banco Mundial subraya que el crecimiento de las remesas hacia México no sólo es resultado de las remuneraciones de sus migrantes que laboran en otros países, también contribuye la población en tránsito hacia Estados Unidos y que proviene de otras economías de América del Sur y Centroamérica.

La Jornada

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