Ya los malosos están cinchos para volverse a apañar la elección del próximo domingo. Saben que el lunes serán reconocidos y apapachados en la mañanera presidencial por haberse portado de re bien, sobre todo en los estados donde gane Morena. Todos saben que, en estados como Tamaulipas, el narco es garantía de que gane la cuatroté.

Tamaulipas es la versión remasterizada de El Infierno. Ahí, todo lo mueve el narco. Nadie será gobernador sin su permiso. Basta recordar que, en plena campaña, allá por junio de 2010, el candidato del PRI al gobierno estatal, Rodolfo Torre Cantú, fue asesinado por un comando armado. Su hermano Egidio hizo las paces cuando llegó a Gobernador.

Pero no fue el único. En la mira de la ley están todos los gobernadores de Tamaulipas desde 1993. Los delitos por los que han sido acusados van desde encubrimiento, operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado, asociación delictuosa hasta vínculos con el narcotráfico, delincuencia organizada, defraudación fiscal y lavado de dinero. Puro delincuente consumado, perdonados por pactos políticos inconfesables.

El candidato morenista, Américo Villareal viene de cuna de alto pedorraje. Es hijo del ex gobernador del mismo nombre. Nada tiene que envidiarle al Peje, ni en su origen partidista ni en la fama pública de su familia. El próximo mandatario tamaulipeco también está muy orgulloso de su vástago que ha hecho tanta lana como los López Beltrán.

Pero, ¿cómo va la cosa en los otros estados? Nada que no se sepa. Las cartas están echadas. Morena se estaría echando a la bolsa Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, y si se apendejan, hasta Durango. Aguascalientes imposible.

En Aguascalientes hay un panismo rancio al que se han aliado el PRI y el PRD. Es el estado donde menos quieren al presidente y los números en empleos y economía andan bien. Son de esos clasemedieros que tanto calientan al presidente.

En Hidalgo y Oaxaca hay gobernadores priistas que prefirieron entregar la plaza al Peje antes que ir al bote. Una embajada, por muy jodida que esté, siempre será mejor que estar a la sombra o a salto de mata. A Fayat y a Murat les tiene sin cuidado que la hipocresía de Alito los vaya a expulsar del PRI.

Allá en la tierra del pasito duranguense las encuestas dicen que nada está decidido, que los de Va por México pueden ganar pero que lo más seguro es que se vayan a tiempos extras y lo definan en penales en el Tribunal Electoral.

El tema es que Durango está en el famoso triángulo dorado, ese que ahora nuestra cabecita de algodón quiere que se llame “Triángulo de la Gente Buena y Trabajadora” o “La Región de la Buena Vecindad”, nomás para que a los malandros no les de pena. Ahí también va a ganar el narco. Juego tronchado.

En Hidalgo está papita. Fayad, además de mamón, es un cínico mercenario. Ahí Morena va cincho a pesar de que hace un año mordió el polvo en la elección local y se fue al tercer lugar. Esta vez va a ganar a vara alzada. Hidalgo es probablemente el estado con mayor inclinación para Morena y aliados. Y Fayad feliz, feliz, preparando las maletas para la próxima embajada.

Oaxaca es la misma historia de Hidalgo pero más jodido. El gobernador, otro retoño de lo más podrido del PRI, es uno de los gobernadores favoritos del Presidente, tanto que hace una semana lo destapó como pre candidato del PRI. Ahí no habrá cambios sencillamente porque no van a romper el pacto de sangre que han hecho. Si López Obrador ya puso a Alito en el PRI, ¿por qué no pondría a Murat de candidato a la Presidencia?

Quintana Roo está caliente. Ahí gobierna un PRD que no tiene estructura y como ya le calentaron la plaza al gobernador, pues la gente ya quiere que se vaya de avanzada al rancho del Peje. Lo que no saben es que la joya de la corona, el próspero Quintana Roo será el nuevo paraíso de los cárteles, como ya lo demostraron estos últimos años.

¿Quién le pierde el cariño a un billete? Va la apuesta: Oaxaca, Hidalgo y Quintana Roo y Tamaulipas serán para Morena; Aguascalientes será para Va X México; Durango es una interrogante que se resolverá el mismísimo día de la elección cuando los balazos y no los abrazos salgan a cuidar las casillas.

Así, la política está pasando de los borregos prianistas a los cuernos de chivo morenistas. Aguanten la risa para el domingo… 

LA RATONERA

El triunfo de Checo Pérez en Mónaco fue una verdadera patada de mula en las yemas del morenismo. La tradición dice que el ganador de la carrera debe lanzarse a la piscina del circuito, sólo que el piloto jalisciense lo hizo acompañado del archienemigo Felipe, “el Cubas” Calderón, a quien eso andar en el agua se le da muy bien. Siendo Checo el deportista mexicano más importante del momento, ¿no lo va a felicitar el Presidente en la mañanera? ¿La Sheinbaum y Mario Delgado ya no querrán su foto en el GP de México? Ni modo, a tragar sapos y eructar envidias.