Con datos de Gaia, un proyecto de observación estelar de la Agencia Espacial Europea (ESO), un equipo de astrónomos ha descubierto que, en sus 13 millones de años de vida, la Vía Láctea colisionó con al menos otras seis pequeñas galaxias y las desintegró por completo.
Antes de este descubrimiento se conocía a cinco de ellas: Gaia-Encelado, Cetus, LMS/1Wukoong, Sequoia y Sagitario. Sin embargo, en el nuevo mapa estelar, elaborado por científicos del Instituto Max Planck (Alemania), se identificaron restos de otra galaxia engullida: Pontus.
El estudio, publicado en la revista Astrophysical Journal sugiere que Pontus fue devorada por la Vía Láctea hace aproximadamente 8.000 o 10.000 millones de años, un intervalo que coincide con la desaparición de todas las demás galaxias con excepción de Sagitario.
En consideraciones astronómicas, esta última fue devorada recientemente (hace seis mil millones de años) ya que sus restos aún no se fusionan con el halo galáctico, una región esférica de polvo, gas y materia oscura que rodea la Vía Láctea.
¿Cómo chocan las galaxias?
Si bien los cúmulos de galaxias están en constante alejamiento debido a una fuerza contraria a la gravedad (presumiblemente, energía oscura); en una escala astronómica menor, la atracción gravitatoria es la norma. En ese sentido, las colisiones suelen ser frecuentes.
Nuestro vecindario cósmico, el Grupo Local —una región que no llega a ser un cúmulo galáctico— está integrado por más de 30 galaxias que en algún momento chocarán entre ellas.
Por ejemplo, la Vía Láctea y Andrómeda, dos galaxias espirales gigantes del Grupo Local, ya han comenzado fusionarse. Dicho encuentro culminará en 4.5 mil millones de años cuando formen un cuerpo elíptico gigante.
Sin embargo, cuando el impacto es desproporcionado entre una galaxia grande y otra más pequeña, la fuerza gravitatoria de la mayor “estira” a la menor hasta formar una corriente estelar y otros restos. Estos pueden terminar en cúmulos globulares (regiones esféricas de miles de estrellas) y galaxias satélites.
Continuamente los astrónomos observan estos escombros para trazar una línea de tiempo de la historia del universo, así como su posible futuro.
La antigua galaxia Pontus se descubrió luego de analizar la energía de 170 cúmulos globulares, 41 corrientes estelares y 46 galaxias satélite. Sin embargo, los investigadores señalan que aún falta investigar un 75% de objetos que no han podido ser clasificados en ninguno de los seis grupos.
Por tanto, es posible que haya por descubrir más ‘víctimas’ de la Vía Láctea.
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