Hace unos meses, la historia de Andrés, de 12 años, y su perrito “Simón”, se hizo viral en redes sociales, luego de que el niño dejó en las puertas de un albergue ya que su papá lo golpeaba, pero hizo una promesa regresar a buscarlo cuando creciera.

La historia tuvo lugar en la Ciudad de México, cuando el menor dejó una carta en una caja de cartón con el perrito .

«Te dejo a Simón. Es mi perro, no quiero que mi papá le pegue. Llora mucho porque no hay comida. Te dejo mis ahorros para sus tortillas. No le peguen porque mi papá le pega mucho. Simón come mucho»

Indicó la primera carta la cual estaba en una caja de cartón con el can.

Andrés continuó su historia en la carta diciendo lo siguiente:

«Entre mi mami y yo decidimos dejarlo en manos de ustedes a escondidas de mi papá porque pensaba venderlo
agregó».

Además, Andrés pidió que no dieran en adopción a “Simón”, pues cuando creciera volvería por él, además dejó sus ahorros para comprarle comida.

“Simón” llegó al refugio con uno de sus peluches favorito y una cobija.

Esta historia enterneció a los usuarios de redes sociales, ya que consideraron que la decisión del pequeño demuestra el amor que le tiene a su perrito.

El tiempo pasó y como cualquier otro cachorro, “Simón” creció convirtiéndose en un perro grande, fuerte, juguetón y travieso, además sigue viviendo con los dueños del refugio.

Andrés no dejó de escribir cartas a su perrito “Simón”

El niño no dejó de escribirle a su perro y en una carta escribió que se había enterado que fue al veterinario recientemente y le dejó 3 pesos para tortillas.

Una de las últimas cartas de Andrés difundida por el refugió decía lo siguiente:

Hola Simón, no puedo verte por el Covid. Mi papá no me deja salir. Te mando tu comida y tres pesos. Mi papá no tiene trabajo. Pórtate bien, te extraño escribió.

Los responsables del refugio quedaron totalmente conmovidos por el amor que Andrés le tiene a Simón, por lo que decidieron que no se dará dado en adopción y en caso de que esto suceda, se irá a un hogar donde le permitan al niño ver a su amigo de cuatro patas.

El pequeño ha visitado a “Simón” varias veces y deja sus pocos ahorros para que consientan al can.

ADN40

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