La recta final del sexenio está a la vuelta de la esquina, atrás quedaron las promesas de campaña, cumplidas e incumplidas, Veracruz está viviendo el último tramo de primer gobierno estatal morenista, de esos que se autonombran La Cuarta Transformación. Encabezado, como les encanta decir en todos sus textos oficiales, por Cuitláhuac García Jiménez, el equipo se ha ido diluyendo, por torpezas, inexperiencia y falta de sensibilidad política.

Hoy ya cualquiera se le quiere subir a las barbas al gobernador, más de uno se maneja como “operador” estrella y la falta de institucionalidad es mayor; normal entre quienes nunca tuvieron y hoy gozan a manos llenas de salarios que nunca imaginaron, a costa de las y los veracruzanos, una característica común entre los resentidos que hoy, a través del poder que les da un puesto, no ven quien se las hizo, si no quien se las pague.

Esa podredumbre, parte de la “selección natural” en los equipos y proyectos políticos permite decantar y dejar únicamente hasta el final a los verdaderos compañeros de proyecto. Mientras todos se desvivieron en felicitaciones de cumpleaños a Cuitláhuac, hasta burócratas de medio pelo publicaron en sus redes sociales la selfie con “el jefe” acompañada de un frívolo texto de felicitación, como si el primer mandatario estatal tuviera el tiempo de atender cada notificación en su celular; otros le reconocieron públicamente su labor, su verdadero círculo.

Pocos quedan que se mantienen institucionales, poniendo por delante al gobernador sin tratar de sacar raja de su chamba, respetando y reconociendo a quien les incluyó en su gabinete; al Secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, parece que se le bajaron las ganas de ser candidato al próximo gobierno o alguien le aconsejó seguir dando resultados, que es algo que sabe bien hacer y, por otro lado, el Secretario de Educación también es de los contados que ceden sus logros para apuntalar al ejecutivo.

Del profesor Zenyazen se podrían comentar algunos detalles que no han sido bien tomados por todo el magisterio, pero era de esperarse al abrir las puertas a todos los sindicatos, sin tener consentidos; y desde el interior del gobierno no le ha faltado el fuego amigo, cuetes ya cebados, intentando tronarle; pero entre más pasa el sexenio, más se afirma como un integrante más del proyecto de Cuitláhuac, un verdadero compañero de lucha.

Sin tomar en cuenta la reciente comilona en honor al gobernador de Veracruz, organizada por Escobar, en la que se convocó a más de 5 mil de maestras y maestros en torno a Cuitláhuac García; desde hace años el músculo político de Zenyazen ya ha mostrado su tamaño, basta con recordar la resistencia, que en su momento, se plantó contra la evaluación docente, cuando Cuitláhuac y Zen codo a codo caminaban con la sociedad.

Hoy, la organización Maestros con Morena está convertida en un activo político importante, al grado de que fue el sector que mayormente ocupó las instalaciones del World Trade Center para que Rocío Nahle dictara su estéril conferencia magistral en favor de la Reforma Energética; ninguno de los ahijados de la zacatecana hizo lo que Zenyazen.

“Yo no soy sólo político, soy maestro. Vamos a trabajar con diálogo y respeto”, afirmó el secretario de Educación, Zenyazen Escobar García, al recibir en oficinas centrales de la SEV a los integrantes del Comité Ejecutivo de la Sección 56 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; con esa franqueza sigue trabajando y sin dejar solo al gobernador, pensando en los resultados para el bien de su compañero de lucha; eso, aquí y en China, se llama gratitud y compromiso político, algo que no se da únicamente por ponerse una camiseta que diga Morena.

El profesor seguirá siendo profesor, recordado por dedicarse al servicio público desde el ámbito educativo; el ingeniero será recordado como el primero gobernador morenista de Veracruz, con eso la basta para hacer historia; los demás se les recordará, para bien o para mal, si les alcanza lo que queda de la administración