Eso de preguntarle a la flota si quiere que el cabecita de algodón ya se vaya a la chingada -aguanta loco, así se llama su rancho- es pura cábula. ¿O a poco de veras creen que van a salir 40 millones de paisanos a votar para pedir que se quede? ¡Pues si no es un censo de pendejos…!

La neta es que se la van a rifar para enterarse de dos cosas: qué tan encabronada está la raza luego de tanta jalada presidencial -con la vida de Huicho Domínguez que se da el bodoque, por ejemplo- y el veneno que le tiran a diario los “fifís”, y la otra es saber qué tan piolas son los ‘prietos’ para mover a la gente y sacarla a votar.

Claro, con eso varios chairos se van a meter un muy buen billete, porque nadie sabe a dónde va a parar ese varo, como en los tiempos en que gobernaba ese gordito igualito al «Quique» Muñoz, el reo aquel que cumplía su condena en la telera de El Calabozo.

Ya las maletas de varo ya corren por la cueva de Ali Babá -exacto, el inodoro disfrazado de Congreso-, y el castillo de la perdición, ahí atrás donde Chabelita trabaja de caro jarrón chino mientras Joana le sigue haciendo la chamba.

Nadie le va a ganar el Peje. El vato lo sabe; lo saben todos. Lo que quiere saber el marido de doña Bety, la que cuenta chistes con el alma, es dónde andan los 30 millones de votos de la gente que salió a cobrarle al prisaurio tanta ratería. El Peje no quiere que le pase lo mismo y por eso no deja de medirle el agua a los camotes.

Pero la flota de enfrente anda con la otra cábula, la de “hazte pendejo y no vayas a votar”. Saben que la abstención siempre es un chingo y ahora nos la van a querer vender como rechazo a mi cabecita de algodón.

Puro chorizo. Ni la flota que rogará al preciso que se siga parando todos los días a ver cómo chinga al país -copete boy dixit-, ni esos que dirán que la gente está muy encabronada y que por eso no fue a perder su domingo a lo pendejo, son votos reales. A la gente, al menos la revocación, ratificación o como se llame la vaina esa, le vale un viaje a Bérgamo.

Dice el Presi que ahora el billete llega a los paisanos en greña, sin zopilotes que la hacían de intermediarios. Pues ya, en caliente, que entreguen a la gente el cerro de varo que se van a gastar en la cábula esta y que se don Peje se quede hasta que la Constitución mande.

La madrina dominical

Eso de medirle el agua a los camotes no está mal. El miedo no anda en burro. Ayer en la elección extraordinaria de Tlacotepec de Mejía, les metieron a los morenos una madrina que ni Dios padre. Por ahí de las once de la noche, el maese Carlos García Moreno les repitió la dosis y le sacaba una ventaja de 10 a 1 a quien lloraba su derrota como María Magdalena. Ya el buen Paco Garrido tendrá otra cajita chica para pagar sus deudas.

¿Y entonces para qué trajeron de turista electoral a doña Citlalli con el choro de explicarle a los paisanos la vaina de la reforma eléctrica? Para vergüenzas no gana uno. Ahora se dirán demócratas, ¡ajá!

Pero la madrina no paró ahí. En Chiconamel, el buen Alejo también se las dejó “Cayetano”, aunque ahí sí, estuvo más competida que las carreras de burros de mi pueblo. Por eso la Jocelyne ya pidió refuerzos a palacio para peinarles en la mesa lo que no pudo ganar en la calle. La neta es que el municipio les vale una corneta, lo que están peleando es que no les abollen más la corona.

Como también pasó en Carranza, donde Pasiano Rueda les ganó la silla desde el “fresco bote” a la flota de palacio y al infumable Zepeta que decía que se la comía a puños y las iba a ganar todas. La única que seguro sí se echaron a la bolsa fue la de Amatitlán, donde una elección a tercios le salvó el pellejo a doña Esmeralda.

Ya del prianismo mejor ni hablamos. No existen. Si alguien va a empinar a Morena van a ser los morenos. Lo traen en su ADN.

Corte de caja: ayer cuatro municipios volvieron a hacer elecciones porque la vez pasada les sobraron mañas y estiércol. Pero ni con todo el billete y el paseo carnestolendo de los arlequines chilangos Morena pudo ganar. La elección de seguro salió más cara que el presupuesto de estos municipios del chiquitaje.

Por eso mi cabecita de algodón está que no duerme. Se le acaba el verbo y los operadores no sirven más que para chingarse un billete y salir de pobres.

No volverán a chupar Bacardí en su vida. ¡¡Chulo veraneando!!

LA RATONERA

A varios les dará pica pica en las pelotas la visita del Tata Cuahtémoc para presentar su libro sobre “Democracia Progresista”.