La proteína p53 protege a las células del cáncer y es un objetivo interesante para los tratamientos oncológicos pero el problema es que se descompone rápidamente en la célula. Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia han encontrado ahora una forma inusual de estabilizar la proteína y hacerla más potente añadiendo una proteína de seda de araña a la p53, lo que demuestra que es posible crear una proteína más estable y capaz de matar células cancerosas.

La P53 desempeña un papel fundamental en la defensa del organismo contra el cáncer, en parte descubriendo y previniendo las mutaciones genéticas que pueden dar lugar al cáncer. Si una célula carece de p53 funcional, se convierte rápidamente en una célula cancerosa que empieza a dividirse sin control. Por ello, investigadores de todo el mundo intentan desarrollar tratamientos contra el cáncer que de alguna manera se dirijan a p53.

«El problema es que las células sólo fabrican pequeñas cantidades de p53 y luego lo descomponen rápidamente, ya que es una proteína muy grande y desordenada –explica el último autor del estudio, Michael Landreh, investigador del Departamento de Microbiología, Tumores y Biología Celular del Instituto Karolinska–. Nos hemos inspirado en cómo la naturaleza crea proteínas estables y hemos utilizado la proteína de la seda de araña para estabilizar la p53. La seda de araña está formada por largas cadenas de proteínas muy estables y es uno de los polímeros más fuertes de la naturaleza».

En un proyecto de colaboración con, entre otros, Jan Johansson y Anna Rising, del Departamento de Biociencias y Nutrición del KI, que utilizan la seda de araña en sus investigaciones, los investigadores unieron una pequeña sección de una proteína sintética de seda de araña a la proteína humana p53, según publican en la revista ‘Structure’.

Cuando la introdujeron en las células, comprobaron que éstas empezaban a producirla en grandes cantidades. La nueva proteína también resultó ser más estable que la p53 ordinaria y capaz de matar células cancerosas.

Gracias a la microscopía electrónica, las simulaciones por ordenador y la espectrometría de masas, pudieron demostrar que la razón más probable para ello era la forma en que la parte de seda de araña conseguía dar estructura a las secciones desordenadas de la p53.

Los investigadores planean ahora estudiar en detalle la estructura de la proteína y cómo interactúan sus diferentes partes para prevenir el cáncer. También esperan averiguar cómo afecta a las células la nueva y potente proteína p53 y lo bien que toleran su componente de seda de araña.

«Crear una variante más estable de p53 en las células es un enfoque prometedor para la terapia del cáncer, y ahora tenemos una herramienta para ello que merece la pena explorar –afirma el coautor y profesor titular Sir David Lane del Instituto Karolinska–. Con el tiempo esperamos desarrollar una vacuna contra el cáncer basada en el ARNm, pero antes necesitamos saber cómo se maneja la proteína en las células y si grandes cantidades de ella pueden ser tóxicas».

Sir David Lane fue uno de los descubridores de la proteína p53 a finales de la década de 1970. La proteína p53 ha sido denominada el guardián del genoma, ya que puede impedir que las células con daños en el ADN se conviertan en células cancerosas. Las mutaciones del gen p53 se encuentran en aproximadamente la mitad de los tumores cancerosos, lo que lo convierte en el cambio genético más común en el cáncer.

infosalus.com

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