La laguna Cabana en la barra de Chachalacas forma parte del archipiélago de lagunas interdunarias de Veracruz y La Antigua, en 2016 fue decretada área natural protegida, pero esto no ha evitado la tala del manglar.

A simple vista, la laguna de 21 hectáreas es un paisaje paradisiaco, pero al recorrerla se pueden ver las afectaciones, por ejemplo, para instalar un plantío de coco, se talaron cerca de seis hectáreas de mangle rojo y blanco, se abrió un camino y el cocotal va lentamente ganando territorio.

Simultáneamente, ejidatarios talaron el manglar para convertirlo en tierra de pastizales o sembradíos de caña, aunque a la larga son terrenos inundables que terminarán inservibles.

La bióloga, Guadalupe Josefina Fuentes Capistran estima que estas actividades han causado la pérdida de alrededor de 30% del mangle en la laguna.

“El manglar tiene una diversidad de servicios ecosistémicos, por ejemplo el secuestro de carbono, son filtradores de metales pesados, en el agua es un depurador y las raíces son retenedores de suelo, si lo quitas, los sedimentos pasan sin filtro y azolvan la laguna”, explica.

A esto se suma la contaminación por descargas de aguas contaminadas del ingenio cañero El Modelo a unos kilómetros de ahí, causando en varias ocasiones la mortandad masiva de peces.

El ejido Barra de Chachalacas en Úrsulo Galván fue dotado entre 1929 y 1937 de 462 hectáreas, de las cuales más de 70 hectáreas ya son propiedad privada. Aunque la laguna es un área natural protegida, los ejidatarios parcelaron hace décadas el manglar.

“Los ejidatarios piensan que el manglar no sirve de mucho, que si es parte de su territorio entonces lo quieren utilizar como potrero para ganado o intentan sembrar, aunque sean tierras inundables, por eso no permiten la reforestación de manglar, porque para ellos es perder su territorio”, explica la bióloga.

Como parte de su trabajo en la maestría de ciencias biológicas de la Universidad Veracruzana, Capistran realizó un estudio social en la comunidad, donde según el Coneval el 42% de la población vive en pobreza “No podemos estar cegados, es una comunidad que requiere recursos, la mayoría es pescador o jornalero en la caña, no podemos decirles no tales, es un medio de vida”.

La falta de una delimitación clara de la poligonal del área natural protegida por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, también ha sido un conflicto, pues a la laguna la rodean más de 130 hectáreas de manglar, pero el área natural no marca el área completa.

Pescadores intentan rescatar la laguna

En medio de estas adversidades, un grupo de pescadores inició hace cuatro años una tarea titánica: defender y rescatar la laguna.

Cuando Ariel González Merino conoció la Laguna Cabana en 2015 ni siquiera se podía ver el agua, era una cama de lirio acuático que dificultaban la pesca y cualquier actividad, entonces decidieron limpiar la laguna.

A la tarea se sumaron otros pescadores, Francisco González Reyes, Eugenio Utrera Verdejo y Francisco Melchor, quienes tardaron dos años y medio en limpiar la laguna, lo que en otros lugares se hace con máquina retroexcavadora, estos pescadores lo hicieron manualmente : “Fuimos al estado, al municipio, con el pueblo a solicitar ayuda para la limpieza, pero nadie nos quiso ayudar, por eso nos tardamos tanto”.

Una vez terminada la limpieza de la laguna, iniciaron con la reforestación del manglar en aquellas zonas donde les han permitido, pues muchos ejidatarios se niegan a la reforestación de sus parcelas donde antes había mangle, pero ahora hay tierras de ganado.

Así, con la ayuda de la bióloga Capistrán, consiguieron 15 mil plantas de mangle y convocaron al pueblo para iniciar la reforestación.

AVC

Conéctate con Formato7:

TEXTO Y CONTEXTO | Dos Bocas, prisas y sospechas sobre Nahle