El arzobispo de Xalapa, Jorge Carlos Patrón Wong manifestó que la cuaresma es un tiempo maravilloso para liberarnos a través del Evangelio de tres esclavitudes: Mediocridad, sumisión y manipulación.
Al tomar la palabra en este primer domingo de cuaresma, el religioso expresó que las tentaciones y las esclavitudes desvían a las personas del bien y la verdad para seguir la seducción y los distractores que el demonio nos coloca en el camino.
“Jesús es el gran estímulo y ejemplo de cómo vivir en medio de las tentaciones y al hacerse hombre vivió con nosotros todo, menos en el pecado, es nuestro modelo, pedimos todos los días al santo padre no nos dejes caer en tentaciones”.
El religioso explicó que estas tres tentaciones tienen nombres modernos: La primera la mediocridad, de aquellos que viven únicamente para las cosas materiales y satisfacer sus necesidades básicas.
Agregó que el demonio ofrece a estas personas salidas fáciles, como el trabajar para tener más dinero, para divertirnos, para pasar nuestro tiempo libre en cosas banales, en nuestros gustos y convertirnos en consumidores y nuestra existencia se reduce a una vida mediocre.
La segunda esclavitud o tentación es la sumisión a los ídolos, o idolatría, de aquellos que sucumben al poder, la fama, el éxito, el aplauso,
“Para llegar a ese éxito, a ese poder, tienes que someterte a muchas corrupciones, y las conocemos muy bien, nadie llega a tener este poder y éxito con esta vida”.
Ejemplificó cuantos influencers, cantantes, actores, deportistas, viven bajo las drogas o el alcohol y terminan en suicidio, sometidos a tantas dependencias, que únicamente dejan vacío al ser humano: “Nos preguntamos si muchas de nuestras depresiones no son provocadas por sumisiones y dependencias”.
Finalmente la tercera sumisión es el pretender manipular a Dios de quienes buscan les hagan milagros y les resuelvan los problemas con el poder de una varita mágica.
“No necesito manipularlo, vamos a hablar con él, a pedirle de corazón, vamos a contarle mis problemas, nuestras dificultades, anhelos, sueños, esfuerzos, fracasos, y al final con las mismas palabras de Jesús, hágase tu voluntad”.
AVC
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