Si tienes redes sociales, es casi un hecho que en las últimas semanas has visto numerosos posts con cuadros verdes, amarillos y grises. Se trata de Wordle, el nuevo fenómeno online que cada vez llama la atención de más personas en el mundo.

Si no lo conoces, te lo explicamos a continuación: cada día los usuarios deben adivinar una palabra de cinco letras en seis intentos o menos. Para ello, lo primero es adivinar la letra correspondiente. Si ésta no forma parte de tu palabra entonces el espacio indicador de la letra se vuelve gris. Si aparece en tu palabra pero no está en el sitio correcto entonces la letra se pone amarilla. Finalmente, si está en la palabra y en el lugar adecuado, se torna verde. Si encuentras las cinco letras verdes y eres capaz de formar una palabra significa que has ganado el Wordle del día.

De acuerdo, suena bien, pero quizá esto no sea suficiente para entender su popularidad. Después de todo, hablamos de un juego que en sus primeros días no contaba con un centenar de jugadores y que ahora tiene más de tres millones en todo el mundo. Que ha inspirado tantas réplicas no oficiales que Apple debió tomar cartas en el asunto y eliminarlas de su app store. Al que Google ha creado un doodle animado cuando haces una búsqueda relacionado. Y que recientemente fue adquirido por The New York Times por una cifra sin revelar de siete cifras.

El primer aspecto es su sencillez. Está sustentado en las bases de juegos clásicos como el crucigrama, el Jotto y el programa de concursos Lingo, las cuales se ven potenciadas por el uso de tecnología y redes sociales. Esto se debe en buena parte a que su creador Josh Wardle, un ingeniero de software, lo ideó cuando “mi pareja y yo nos adentramos mucho en los crucigramas y los juegos de palabras, y quería algo que pudiéramos jugar cada mañana como parte de nuestra rutina”, reportó BBC . Una simpleza que va más allá de las reglas y trasciende hasta la interfaz, tan modesta que resulta una auténtica bocanada de tranquilidad en un mundo digital cada vez más sobresaturado.

A esto sumemos que se trata de un juego individual pero que no tardó en ser dotado de tintes colectivos. Cada persona lo disfruta en su equipo, ya sea en sus celulares o computadoras, pero puede compartir los resultados en sus redes sociales gracias a que su programación permite que los jugadores copien sus resultados diarios en sus cuentas de Twitter, aunque eso sí, libres de spoilers. A esto sumemos el diálogo suscitado entre usuarios de todo el mundo que comparten pistas, la alegría de haber adivinado la palabra en cuestión o caso contrario, sus frustraciones por haber fallado.

No nos olvidemos de las expectativas. A diferencia de muchos otros juegos a los que puedes dedicar varias horas por su programación aleatoria, Wordle sólo libera una palabra cada 24 horas, lo que invariablemente obliga a sus usuarios a esperar una vez que han terminado su partida diaria. Tal y como los jugadores de la vieja escuela hacían con los juegos incluidos en los periódicos.

Y finalmente su carácter gratuito. Aunque sólo parecía cuestión de tiempo para Wardle convirtiera su creación en una app de pago, el ingeniero siempre se decantó por la diversión libre para todos. Esta situación, sin embargo, podría cambiar en un futuro cercano ahora que el juego fue comprado por The New York Times.

El futuro de Wordle

La adquisición de Wordle por parte de The New York Times fue tibiamente recibida por los usuarios de todo el mundo. Después de todo, es improbable que el diario norteamericano invirtiera al menos $1 MDD sólo para el entretenimiento gratuito de la gente y sin obtener nada a cambio. Por esto mismo se teme que los cambios sean inminentes, ¿pero en qué consistirán?

La mayor preocupación gira en torno al costo y lo cierto es que todavía no hay razón para preocuparse. El propio medio acompañó la noticia de la compra con la promesa de que “el juego inicialmente seguirá siendo gratis para jugadores nuevos y existentes”. Reiteramos: “inicialmente” o lo que es lo mismo, eventualmente sucederá.

Su acceso podría ser restringido para suscriptores, aunque también podría incluir usuarios registrados. Es decir, todos aquellos que ingresen algunos datos como el correo electrónico al sitio.

A esto sumemos el adiós de su pureza visual con su adaptación al formato empleado por el medio. Esto incluye anunciantes, enlaces con recomendaciones a noticias, otros juegos o cualquier otro medio que garantiza una mayor permanencia en el sitio.

En otras palabras, nada será igual.

No culpemos a The New York Times. Después de todo, se trata de una estrategia lógica con la que se busca potenciar el acercamiento de nuevas generaciones a un medio histórico pero que como muchos otros ha padecido bajas en sus ventas impresas y complicaciones en su transición al online. Actualmente cuenta con poco más de 7.5 millones de suscriptores digitales con los que supera su mejor cifra en papel, pero que aún son pocos si consideramos el alcance global del internet.

Se trata de una estrategia lógica con la que se busca potenciar el acercamiento de nuevas generaciones a un medio histórico

A esto sumemos que el diario norteamericano siempre ha sido un férreo defensor de los juegos de destreza y de palabas. No sólo en su modalidad impresa sino también online, pues su sitio incluye crucigramas, spelling bee, sudoku y más. La incorporación del Wordle a su catálogo podría favorecer el resurgimiento de estos viejos pasatiempos. Aunque claro, también podría representar una nueva loza para una forma de esparcimiento que parece perder más adeptos ante el desarrollo de ofertas cada vez más inmersivas y adictivas.

¿Ganar o morir? Nunca una palabra de Wordle había sido tan difícil de adivinar.

lifeandstyle.expansion.mx

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