Desde la campaña de don Fernando Gutiérrez Barrios a la gubernatura de Veracruz, en 1986, los malquerientes de Dante Delgado, a la sazón dirigente estatal del PRI y perfilado para ocupar la Secretaría de Gobierno en el futuro gabinete estatal, le pusieron el mote de “Caballo loco” por sus aceleres emocionales y reacciones temperamentales que, en ocasiones, le hacían darse de frentazos en la pared ante sus alarmados colaboradores y amigos.

Más de 35 años después, Delgado Rannauro sigue con los mismos arrebatos. Pero ahora se llevó entre las patas al líder del Senado, Ricardo Monreal, lo que tiene sorprendidos a quienes reconocen al zacatecano como un político astuto, cauteloso y racional.

Sin embargo, la sorpresiva detención en Veracruz de su amigo común José Manuel del Río Virgen, secretario técnico de la Junta de Coordinación Política del Senado, les hizo perder el piso a los dos. Y como el encarcelamiento del funcionario sucedió durante el receso del pleno legislativo, el par acordó integrar ipso facto una comisión especial investigadora de éste y otros presuntos abusos de autoridad y de violación de derechos humanos en la entidad gobernada por el morenista Cuitláhuac García, cuya presidencia asumió Dante y la cual tenía sólo el aval de los miembros de la Jucopo que todavía encabeza Monreal.

En su debut como presidente de esta comisión, Dante incurrió en el primer disparate al insinuar que inclusive podrían solicitar hasta la desaparición de poderes del estado, y como si se tratara de una decisión aprobada por la mayoría parlamentaria anunció que colocarían un link en el portal institucional de Senado para recibir y publicar todas las denuncias que les hicieran llegar los agraviados por las presuntas violaciones a sus garantías individuales y derechos humanos del gobierno de Veracruz.

Pero el 23 de diciembre pasado, al día siguiente de la detención del operador legislativo de Monreal, el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó ampliamente a Cuitláhuac afirmando que “le tengo mucha confianza” y calificándolo como “uno de los mejores gobernadores de la entidad en mucho tiempo”, al remarcar que Veracruz tiene ahora “por primera vez un gobernador íntegro, honesto, incapaz de llevar a cabo una injusticia”.

Posteriormente, el domingo 16 de enero, con el pretexto de la firma del Convenio Marco de Coordinación de Innovación Tecnológica, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, arropó políticamente también al mandatario veracruzano, su firme aliado hacia la sucesión presidencial de 2024.

El domingo antepasado, la aspirante de Morena a la candidatura presidencial afirmó que “a la Ciudad de México y a Veracruz los une una larga historia desde los tiempos prehispánicos y hoy nos une también un enorme respeto y la construcción de un proyecto que desarrollamos desde Veracruz, desde la Ciudad de México y desde distintos puntos de nuestro país en la construcción siempre de un México más justo”.

“No une la lucha por la democracia, la justicia y la igualdad y el día de hoy firmamos un convenio de colaboración, un convenio marco de colaboración en muchos temas. Nos unen también muchas otras cosas con Cuitláhuac, con el gobierno de Veracruz, la autoridad republicana, la economía moral, la ética, la lucha contra la corrupción, la lucha por la justicia”, remarcó Sheinbaum.

“También nos une la convicción de que la política es un asunto de todos y de todas. La construcción de un país democrático pasa por la participación del pueblo de México. No es un asunto ya de las élites, es un asunto de la transformación de la vida pública en donde todos y todas tenemos un papel que jugar. Nos une la construcción de un país democrático, pasa no sólo por los dichos sino por las acciones”, concluyó la Jefa de Gobierno de la CDMX.

Ahora Sheinbaum, a través de Martí Batres Guadarrama –distanciado políticamente de Monreal, quien luego de la debacle electoral de junio pasado en la Ciudad de México solicitó licencia al Senado para asumir la Secretaría de Gobierno–, habría operado con el senador César Arnulfo Cravioto Romero, su suplente, la rebelión en la bancada de Morena para amagar al zacatecano con su destitución como coordinador.

Este miércoles, casualmente un par de días antes de la reunión plenaria del grupo legislativo de Morena, en la que los 30 senadores rebeldes exigirían la desaparición de esta comisión especial que preside Dante, el ex gobernador veracruzano se anticipó a renunciar públicamente y la tarde de este jueves Monreal convocó a la Junta de Coordinación Política para acordar la conclusión de sus trabajos.

El líder del Senado rechazó que esto represente una derrota personal, pues aseguró que en lo individual seguirá luchando por los derechos de las víctimas, pero reconoció que era necesario atender los reclamos de sus compañeros de bancada, a quienes respeta.

“Como coordinador no debo de involucrar a todo el grupo, porque debo de reconocer que dentro del grupo hay diferencias”, señaló al salir de la reunión privada con el resto de los coordinadores parlamentarios.

Monreal Ávila informó que los más de 80 casos de violaciones graves en Veracruz que habían sido documentados por la Comisión Especial, serán turnados a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y a la Comisión de Gobernación del Senado.

Dos días antes, el pasado martes, el ex gobernador de Zacatecas había recibido el espaldarazo de la presidenta de la mesa directiva del Senado, Olga Sánchez Cordero, lo que hizo suponer que el legislador ya había llegado a un acuerdo político con el secretario de Gobernación Adán Augusto López, su interlocutor con el presidente López Obrador. Y es que la ex titular de la Segob declaró: “Creo que Monreal es un gran operador político. Creo que ha construido en tres años una gran confianza no solamente al interior del grupo parlamentario de Morena sino también con las diversas fuerzas políticas y eso es muy valioso”.
La gran interrogante es si el líder del Senado logrará sostenerse hasta que se defina la candidatura presidencial de 2024.