En abril de 2021 fue identificada en el Museo Nacional de Varsovia la primera momia egipcia embarazada. Hacia 1917 y 1918 fue llevada a Polonia, adquirida por Jan Wężyk–Rudzki, un arquitecto y amante de la egiptología, quien la donó a la Universidad de Varsovia en 1826. La momia data del siglo I antes de Cristo y una de las versiones sobre su origen es que estuvo enterrada en una tumba dorada de lo que fue la necrópolis de Tebas, en el sur de Egipto.

Investigadores del Proyecto de la Momia, en Polonia, pudieron identificar que esta mujer murió entre los 20 y los 30 años de edad y se encontraba entre la semana 26 y 30 de gestación. Además, el principal hallazgo desde que empezaron a investigarla, es que el feto se ha conservado en su útero desde hace 2.000 años, algo que los científicos asemejan con el proceso de conservación y producción de “pepinillos en escabeche” o vinagre.

Inicialmente, los investigadores encontraron la forma de un feto y algunos tejidos blandos, pero no hallaron huesos, que es lo primero que buscan al detectar los fetos en casos como este.

Luego de que una persona muere, el PH de los fluidos corporales se transforma y se comienza a formar un ácido fórmico. Para el caso de esta momia, el proceso generó un entorno ácido que disolvió los huesos del feto y condiciones para que se “escabechara”; sin embargo, debido a la momificación de la mujer, el proceso se detuvo, secando el cuerpo y a la vez el feto, por lo que es la primera vez que se dan dos procesos de momificación diferentes en un mismo cuerpo.

Entre las incógnitas que aún tienen por resolver los investigadores polacos es que no se comprende por qué el feto no fue extraído del organismo de la mujer, como sí ocurrió con otros órganos internos; se intuye que detrás puede haber significados religiosos vinculados con las creencias de los antiguos egipcios frente a la muerte.

elespectador.com

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