Tiene la apariencia de un joven de 12 años, pero no es un ser humano: es un robot humanoide que reacciona a las emociones. Su nombre es Abel y fue creado por bioingenieros de la Universidad de Pisa y el artista Gustav Hoegen.

Constituye el resultado final de la fusión entre la robótica social y la computación afectiva, junto con el arte del cine. De acuerdo con los creadores, el robot se adapta particularmente a la interacción con personas autistas y otras que sufren de Alzheimer.

“La tecnología de Abel”, señala el Centro de Investigación Piaggio, de la Universidad de Pisa, “permite al robot interactuar y, al mismo tiempo, estudiar los parámetros como los pequeños cambios térmicos en la cara, visibles en infrarrojo, o la frecuencia de los latidos del corazón”.

¿Cómo trabaja Abel, el robot humanoide, y cuál es su utilidad?

El robot humanoide cuenta con 20 motores piezoeléctricos debajo de la piel artificial, además de cámaras, micrófonos binaurales, casco EEG y escáneres térmicos. Por los momentos, deben ocultar todos los sensores dentro de Abel, en lugar de tener cables colgantes.

Lorenzo Cominelli es uno de los investigadores que trabajan con el robot humanoide. “Cuando nos enfrentamos a este tipo de máquinas a menudo hablamos de empatía, sería más correcto hablar de inteligencia emocional. Es la habilidad para comprender cómo nos sentimos las personas frente a los demás”.

El bioingeniero coloca un ejemplo sobre la utilidad del robot humanoide en pacientes contrastarnos como el Alzheimer. “Se puede tener a Abel para comprender las reacciones del paciente a una variedad de comportamientos y luego averiguar cuáles podrían ser las mejores respuestas”.

“A partir de este trabajo”, señala Cominelli, “el médico puede buscar los tratamientos más eficaces. Abel tiene un potencial increíble, una plataforma para usar en muchos campos”.

El valor de la empresa Biomimic

Con Cominelli y sus compañeros del Centro de Investigación Piaggio está Gustav Hoegen, que es un artista de FX perteneciente a la empresa londinense Biomimic. La experiencia de Biomimic alcanza a grandes franquicias como Jurassic Park y Star Wars.

“Debemos agradecer absolutamente a la maestría de Gustav Hoegen por el físico de Abel”, señaló Cominelli. “Es un genio de la animatrónica, un gran socio de Hollywood. Esta asociación es esencial, porque tiene el conocimiento de crear criaturas capaces de generar emociones en los demás”.

El robot humanoide no camina, solo posee el tronco y la cabeza. En un futuro trabajarán en hacerlo completo, pero por los momentos, en esta primera instancia cumple con lo esperado para su interacción con seres humanos.

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