Desde hace más de dos años, el ex fiscal yunista Jorge Winckler Ortiz anda en calidad de prófugo de la justicia, luego de que el 21 de septiembre de 2019 un juez libró orden de aprehensión en contra de él y de otros cinco ex funcionarios de su primer círculo de confianza.
El delito que les imputan es el de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro en agravio de Francisco Zárate Aviña, jefe de escoltas de Luis Ángel Bravo Contreras, quien fue el primer titular de la nueva Fiscalía General del Estado (FGE), desde la segunda mitad del sexenio del ex gobernador Javier Duarte de Ochoa hasta el 30 de diciembre de 2016, al inicio de la administración panista de Miguel Ángel Yunes Linares.
Al enterarse de la orden de aprehensión en contra de Winckler, el ex gobernador Duarte publicó en redes sociales: “No soy partidario de las venganzas, esos métodos son de los gánsteres, soy fiel creyente de la justicia. Se cosecha lo que se siembra y esto es el principio de lo que seguramente será una buena zafra”.
Y es que durante el gobierno de Yunes, Winckler encabezó las investigaciones en contra de varios ex funcionarios duartistas. Pero también se distinguió por confrontarse con familiares de personas desaparecidas y por bloquear periodistas en redes sociales.
En campaña, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, de Morena, se comprometió con familiares de personas desaparecidas a que haría las gestiones pertinentes para destituir al abogado yunista de la Fiscalía.
El 3 de septiembre de 2019, la Comisión Permanente del Congreso local separó temporalmente a Winckler de la FGE por no contar con certificación de confianza y su revalidación. De manera provisional fue nombrada como encargada de despacho Verónica Hernández Giadáns, a la sazón directora Jurídica de la Secretaría de Gobierno.
Tres semanas después fue librada la orden de aprehensión. Desde entonces nadie sabía cómo y dónde localizarlo.
Pero en su columna “Arsenal”, del diario Excélsior, el periodista Francisco Garfias publicó el 23 de diciembre pasado un texto titulado “Golpe a Monreal, detienen a su brazo derecho”, en el que dice textualmente:
“Le pedimos al ex fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, que nos ilustrara sobre el delito de ‘ultraje a la autoridad’. Fue muy gráfico: ‘Si yo hablo de cerca con un policía y al hablar se me sale la baba, dirán que le escupí y voy a la cárcel’.
“El ex fiscal también asoció la detención del funcionario del Senado (José Manuel del Río Virgen) con un golpe ‘muy canijo’ contra Monreal, derivado de sus comentarios sobre los abusos de poder en Veracruz.
“Winckler, quien vivió sus momentos difíciles, predijo que a la fiscal Verónica Hernández le van a cargar el pato. ‘Siempre debe haber un chivo expiatorio’, recalcó”, escribió Garfias.
¿De veras la Fiscalía de Hernández Giadáns no puede ubicar y atrapar a Winckler, o es que acaso tiene instrucciones de no hacerlo? Y es que al empoderado grupo del PAN que protege al ex fiscal y que acaba de ganar la contienda interna por la Comité Directivo Estatal del partido blanquiazul, le han cedido también la alcaldía del puerto de Veracruz, lo que algunos morenistas no logran comprender ya que saben que los operadores político-electorales de Palacio de Gobierno se metieron con todo para arrasar en otros municipios estratégicos como Xalapa y Coatzacoalcos, por ejemplo, donde a sus candidatos les metieron decenas de miles de votos de más de los que realmente obtuvieron.
Debut y despedida en Coatepec
El que no alcanzó a cobrar siquiera su primera quincena fue el ex subsecretario Jurídico y de Asuntos Legislativos de la Secretaría de Gobierno, Diego Castañeda Aburto, quien apenas unas horas después de rendir protesta como secretario del Ayuntamiento de Coatepec, que preside el morenista Raymundo Andrade Rivera, fue obligado a presentar de inmediato su “renuncia”.
Según trascendió, la orden para retirarle su nombramiento provino paradójicamente de la Secretaría de Gobierno, donde hasta febrero de 2021 laboró.
¿Pues qué fue lo que hizo o se comió este abogado que primero lo despidieron de la Segob y ahora es víctima de este implacable veto?
Por su antigua relación con la secretaria de Energía, Rocío Nahle –con la cual trabajó muy de cerca en su campaña al Senado de la República en 2018–, en un principio se llegó a suponer que en su designación como secretario de Ayuntamiento de Coatepec habría intervenido la poderosa titular de la Sener para reivindicarlo, pero con su estrepitosa destitución ordenada presuntamente desde el despacho del principal operador político de la senadora con licencia, a todo mundo le quedó claro que Diego Castañeda no tenía el aval del hombre fuerte de Palacio de Gobierno ni de la ingeniera química zacatecana, considerada la principal aspirante de Morena a la próxima gubernatura de Veracruz.