“Winckler ofrece mandar nieve de Canadá para las pistas del Bola 8” Yo

Las veracruzanas y los veracruzanos tenemos numerosas tradiciones que nos han dado identidad cultural.

Desde nuestra infancia, sin darnos cuenta, vamos almacenando imágenes, palabras y sonidos, que se nos quedan grabados para siempre y que al paso de los años seguimos transmitiendo a nuestros descendientes.

En esta temporada decembrina disfrutamos observar a numerosas niñas y niños que recorren las calles, de casa en casa, en barrios y colonias, para pedir el aguinaldo.

Todos hemos escuchado ese cúmulo de vocecitas cantando “Naranjas y limas, limas y limones…», que nos hace evocar a los amigos, a la familia y a los vecinos, compartiendo esta época de paz y armonía.

Se sabe que la rama tiene un origen prehispánico: “Una rama seca del árbol de huizache se pintaba de blanco con cal y se decoraba con banderitas, cadenas y escarolas hechas con papel mate de colores”, dicen las antiguas narraciones.

Más, desde hace muchos años, en el sur del estado de Veracruz se tiene como propia esta hermosa costumbre, cantada entre sones jarochos; y, al paso del tiempo, se ha ido propagando por todo el país, identificando y dando un especial emblema festivo a nuestro pródigo estado.

La rama es una auténtica tradición veracruzana, de la que nos debemos sentir orgullosos, ya que representa la alegría, el colorido y la fraternidad.

Suele hacerse con una rama cortada de cualquier arbusto o de pino, adornada con serpentinas, esferas, faroles, globos, moños, paxtle y numerosas figuras, buscando semejanza con un árbol de navidad.

Y una vez que queda lista la rama habrá que esperar a que se pierda el atardecer y caigan las primeras sombra de la noche, para reunirse con los vecinos y salir a tocar puertas para cantar versos antiguos, tonadillas recientes y estribillos alegres, algunos pícaros y traviesos, que se vienen repitiendo desde antaño. Se amenizan con un canto típico, cuya entonación varía de acuerdo a la zona en donde se efectúa esta tradición.

Luego de escuchar los cantos, los habitantes de las casas entregan dulces y bocadillos o dinero, como aguinaldo; y los niños felices continúan su recorrido a las casas vecinas hasta encaminarse por varios rumbos de la ciudad.

Y a una hora prudente de la noche se deja de escuchar: “Ya se va la rama muy agradecida, porque en esta casa fue bien recibida…”; y es cuando nos damos cuenta de la calidez inagotable que nos deja la bella tradición de la rama veracruzana ante los fríos días del invierno.

De Veracruz al Congreso

El pasado martes quienes se encontraban en el Congreso se sorprendieron cuando las jaranas y el arpa sonaron en la Cámara de Diputados y al coro de “naranjas y limas, limas y limones…” el ambiente se alegró. Se  trataba de un grupo de intérpretes de nuestra música entonando “La Rama”. Un grupo de paisanos entonaban ese fandango originario de nuestra tierra, contagiaron de alegría a legisladores federales que zapatearon junto a Sergio Gutiérrez Luna, los tradicionales sones jarochos.

La alegría veracruzana se impregnó por el recinto de San Lázaro. Veracruzanas con el atuendo tradicional de organza, abanico de doble vista, jarochos con sombreros de cuatro pedradas, paliacates y botines enmarcaban las coplas “en un portalito de cal y de arena…”.

Al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, le brotó la vena minatitleca y san andrescana, recordó que cuando niño cantaba La Rama y pedía aguinaldo de puerta en puerta en la época de las posadas.

La Rama, como explicamos en el primer bloque, es una tradición nuestra con antecedentes en la época colonial cuando los misioneros españoles empezaron a difundir la religión cristiana, se arraigó en la ciudad porteña de Veracruz y en la capital, Xalapa, en el siglo XX luego se extendió hacia el sureste.

Una de las tradiciones más populares en gran parte de Veracruz se reconoció en la Cámara de Diputados, donde el veracruzano Sergio Gutiérrez compartió con Marcela Guerra, Irma Juan Carlos, Ivonne Cisneros, Alma González, Salma Luévano, Aleida Alavez, y Wilbert Batún, también integrantes de la LXV Legislatura.

Con el portalito en mano, un grupo originario de Minatitlán con el atuendo tradicional jarocho y los “Trovadores de Xalapa”, encabezados por Damaris Castillo, cantaron los versos tradicionales de La Rama, zapatearon sones como La Bamba y El Ahualulco e improvisaron coplas describiendo a algunos de los presentes, entre ellos al reconocido pintor Pedro Trueba.

El legislador minatitleco mostró su alegría por la presencia de los paisanos en la sede del Poder Legislativo federal y exhortó a preservar las tradiciones que dan valor, identidad y pertenencia a las nuevas generaciones.

Reiteró que las puertas de la Cámara de Diputados están abiertas a las expresiones culturales y tradiciones que se mantienen vivas en Veracruz y el país.

Les aplauden por encender la luz

Y mientras allá en el altiplano el movido presidente de la Cámara de Diputados, nuestro paisano originario de Minatitlán, Sergio Gutiérrez, vuelve a ganar el brinco a los bisoños aprendices de políticos locales éstos se mandan a colocar el árbol de navidad en los parques más grandes y se contratan aplaudidores que les celebran, como si se tratara de la inauguración de una gran obra, que con un de dedo bajando un botoncito enciendan las luces del arbolito.

Otros que habían anunciado la instalación de cinco pistas para patinar, de a grapas, en esta temporada, hacen berrinches porque los agarraron de majes al rentarles agua que no se congela con nada.

¿Qué preferirán nuestros paisanos; a un político que ofrece resultados tangibles, que está siempre pendiente de lo que sigue para irlo preparando, o los que de última hora salen con ocurrencias y quedan mal?. Pero eso sí, cuánto apostamos a que la empresa que rentó las pistas de “hielo” cobró un precio y la factura que entregó y le pagaron de inmediato era por el doble, cuando menos y tiene que salir lo del “moche”, porque eso sí para robar son artistas, salieron mucho mejores que Duarte, Yunes y Fidel juntos.

Reflexión

Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, aspirante a reelegirse como dirigente estatal del PAN, vive los peores momentos de su carrera política, está perdido, en la lona. Lo que pasa es que le toca levantar el costo de haber vendido la fuerza de su partido al gobierno de Morena en la pasada elección creyendo que sus compañeros no se darían cuenta. El Chapito, como es conocido, hasta invierte en “encuestas” cuchareadas de la empresa Parametría la cual (fama pública) hace trajes a la medida.

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