El reto para el sector salud, es garantizar que haya atención con calidad y calidez en los nosocomios de Veracruz, para que una mujer pueda interrumpir legalmente un embarazo sin ser revictimizada.
Luz María Reyes Huerta, integrante de la colectiva Marea Verde de Altas Montañas comentó que ellas “tienen otros datos” de lo que está ocurriendo en los hospitales, contrario al discurso oficial que confirma que las mujeres son atendidas y que se les da un buen acompañamiento.
“El reto es que el sector salud haga el trabajo que debe hacer”, afirmó la activista que comentó que el Estado tiene que asumir el costo de la interrupción del embarazo, que puede ser ambulante.
Las mujeres no tienen confianza en el sector salud, pues han comprobado casos en los que se revictimiza o el trabajo se hace de manera deficiente, incluso, se violenta la confidencialidad de quien pide la intervención de médicos no objetores de conciencia.
La colectiva ha detectado casos en donde a las mujeres se les obliga a estar en hospitales por más de ocho horas, en tanto entra un médico no objetor, para realizar el proceso quirúrgico o entregar medicamento para abortar.
En otro, una chica recibió una dosis distinta a la que requería para llevar el proceso de manera ambulatoria, y como no fue la cantidad necesaria después la debieron internar para realizarle un legrado, pues tenía un proceso infeccioso porque no expulsó todo el producto.
También se encontraron que un médico que era no objetor conocía a la familiar de una menor y, violando la confidencialidad, le informó a su pariente de que la joven buscaba interrumpir el embarazo.
Si bien la interrupción legal de un embarazo es un gran avance para la lucha de muchas veracruzanas que por años vinieron defendiendo el derecho, el sector salud se está quedando corto para cumplir con las expectativas.
“Hay desconfianza por las mujeres, las que van hay mucha revictimización y se viola la confidencialidad de sus datos. Es preocupante, no se está capacitando al personal para brindar el servicio al que tiene derecho toda mujer”.
Afirmó que todavía se carga mucho con el estigma del aborto, un ejemplo, fue que a una joven la internaron en tococirugía y como sabían que iba a interrumpir su embarazo, les mostraban a los bebés recién nacidos, diciéndole que era una experiencia de la que se iban a perder.
AVC/Isabel Ortega
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