Los tsunamis registrados en el mar Mediterráneo en los últimos 4.500 años fueron en realidad tormentas que fueron erróneamente catalogados en la evaluación entregada por la literatura científica, según una investigación divulgada esta semana por la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW, por sus siglas en inglés), en Australia.

“Nuestro provocativo y oportuno estudio sugiere que hasta un 90% de los presuntos tsunamis que han tenido lugar en el Mediterráneo en los últimos 4.500 años necesitan ser reconsiderados”, apunta el autor del informe, James Goff, profesor y científico honorario de la UNSW.

El análisis se basa en datos recopilados a lo largo de 135 sucesos registrados en ocho países mediterráneos y que, en un principio, fueron identificados como tsunamis mediante diversos métodos científicos.

Las evidencias geológicas de un posible tsunami, que es la ola gigantesca producida por un maremoto o por la erupción de un volcán submarino, incluyen desde la presencia de grandes rocas en la costa a la existencia de sedimentos marinos en zonas interiores.

Goff considera que diferenciar entre los depósitos generados por tsunamis o por tormentas es uno de los “mayores retos” de la geociencia, afirma que el “riesgo de este tipo de peligros en la región podría haber sido altamente sobrestimado”.

Los resultados obtenidos por el equipo de investigación de la universidad llevaron al académico a concluir que, más allá de las evidencias dejadas por cualquiera de los dos fenómenos, la cadencia de los supuestos oleajes registrados en la zona coincide con los ciclos de enfriamiento del mar Mediterráneo.

“Descubrimos que las fechas en que tuvieron lugar los tsunamis alcanzaban su apogeo cada 1.500 años; hace aproximadamente 200, 1.600 y 3.100 años. Este dato encaja bien con los ciclos climáticos de 1.500 años en que el Mediterráneo y el norte del océano Atlántico se enfrían, generando un repunte en la actividad de tormentas”, apuntó.

EFE

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