Uno de los pocos gobernadores que aún le quedan al PRI es el oaxaqueño Alejandro Murat Hinojosa, quien este martes “destapó” en el puerto de Veracruz a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, como “futura gobernadora” de Veracruz.

Pero la titular de la Sener no es priista sino una combativa militante de Morena, partido por el que la ingeniera química oriunda de Zacatecas fue electa como diputada federal por el distrito de Coatzacoalcos en 2015 y luego, en 2018, como senadora por Veracruz, cargo de representación popular que desempeñó sólo tres meses, pues el 1 de diciembre de ese año se incorporó al gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por supuesto que los más desconcertados con la actitud de Murat Hinojosa fueron los militantes veracruzanos del tricolor, que obviamente aspiran a recuperar la gubernatura del estado en 2024.

Pero nadie de la dirigencia estatal del Revolucionario Institucional se atrevió a encarar al mandatario oaxaqueño, cuyo padre, José Murat Casab, actual presidente de la Fundación Colosio del CEN del PRI, fue copartícipe de la debacle priista en Veracruz por la corrupción y la inseguridad que estigmatizaron a las administraciones de los ex gobernadores Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, de quienes fue asesor político cobrando un sueldo estratosférico y obteniendo millonarios contratos del gobierno estatal.

Pepe Murat se hizo famoso como gobernador de Oaxaca (1998-2004) por sus escándalos bochornosos con bailarinas y excarcelación de secuestradores, así como por su abultado patrimonio familiar, que incluye un condominio frente al Central Park, de Nueva York.

Según versión de su archienemigo político Ulises Ruiz Ortiz, otro ex mandatario oaxaqueño, la conexión de Murat Casab con personajes cercanos a López Obrador se hizo aún más estrecha cuando su hijo Alejandro decidió abandonar la dirección del Infonavit para buscar la candidatura al gobierno de esa entidad y el PRI retrasó su nominación.

En esa época, según versión que Ruiz Ortiz dio al columnista de Quadratin.com, José Luis Camacho, se habló de un distanciamiento entre Alejandro Murat y su promotor Luis Videgaray, el poderoso secretario de Hacienda y canciller de Peña Nieto, por presuntos desacuerdos sobre la publicitada cancelación millonaria de un contrato a la empresa Teira Realty. Meses más tarde, ya como gobernador, Murat Hinojosa aseguró que no tuvo nada que ver con el pago que durante su administración hizo el Infonavit por más de 5 mil millones de pesos para la cancelación de un contrato con dicha empresa. De esa cantidad, 2 mil millones fueron recuperados por la Fiscalía General de la República y entregados al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, recursos que fueron destinados al pago de los premios de la polémica rifa del avión presidencial.

Su renuncia al Infonavit fue el 30 de noviembre del 2015 y su postulación a la gubernatura se dio hasta dos meses después, el 30 de enero del 2016. Ruiz Ortiz señaló que ese fue el interregno que aprovechó su padre José Murat para pactar los compromisos de entregar al PRI que necesitaba Morena.

Según Ulises Ruiz, en esa forma, los Murat vieron la conveniencia de acercarse y pactar con el gobierno de la 4T. Y desde la Fundación Colosio, Murat Casab inició el desmantelamiento del PRI para facilitar que Morena le arrebatara al tricolor ocho de las gubernaturas que tenía hasta el 6 de junio pasado. En 2022 seguramente entregarán Oaxaca y en 2024 colaborarán para hacer lo mismo con Veracruz, en una alianza PRI-MOR de facto.

¿Habrá sido casual que un día antes del “destape” de Rocío Nahle, el gobernador oaxaqueño se reuniera en el puerto de Veracruz con alcaldes electos del PVEM llevados por Javier Herrera Borunda, hijo del ex gobernador Herrera Beltrán y actual secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del partido del tucán, aliado de Morena? Sólo falta que Alejandro Murat, como se rumora, releve en 2023 en la presidencia del CEN del PRI al ex gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, de quien se dice que su sumisión a AMLO es tal que sus malquerientes le dicen “Amlito” en lugar de “Alito”, como lo llaman sus paisanos.