El sociólogo Martín Aguilar Sánchez asumió la rectoría de la Universidad Veracruzana, en un contexto desafiante: una pandemia por Covid-19, que ha cobrado la vida de más de 13 mil veracruzanos; una nueva Ley de Educación Superior que obliga a la gratuidad y ampliar cobertura educativa al 100 por ciento; los estragos del huracán Grace en el norte de Veracruz, y una comunidad estudiantil que reclama -cada vez con mayor claridad- un entorno de inclusión y respeto a los derechos humanos.
Es viernes 01 de octubre, y en su oficina en el cuarto piso del edificio de rectoría, Aguilar Sánchez se encuentra de pie a un lado de su escritorio. Es afable, camina para interceptar a sus interlocutores y responde al saludo de puño, al que obliga la nueva normalidad. Viste una camisa color lila y un saco en color claro. No usa corbata.
La conversación inicia de inmediato, viene de tomar protesta a tres nuevos funcionarios universitarios, que lo acompañarán en la Dirección de Gestión Escolar, el Área de Ciencias Biológicas y la Coordinación de la Unidad de Género, y está entusiasmado. Confía en que el equipo que integra lo ayudará a concretar el Plan de Trabajo Estratégico 2021-2025 “Por una transformación integral en la Universidad Veracruzana”
Infraestructura y regreso a clases: el impacto de la pandemia
En su primer mes como rector, Aguilar Sánchez se ha reunido con el gobernador Cuitláhuac García y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez. Ha realizado nueve nombramientos, presidido una asamblea de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), y anunciado un recorte a las compensaciones salariales entre la cúpula administrativa.
Pero si algo ha causado los primeros desvelos de Aguilar Sánchez es el objetivo de regresar a clases presenciales, lo antes posible. Tiene razones para apurar el paso: evitar que la deserción escolar se profundice, y frenar los estragos en la salud mental de la comunidad universitaria.
Para atender esta demanda universitaria, ha puesto su empeño en un plan que contempla el equipamiento de 400 aulas híbridas en las cinco regiones de la UV, la remediación de las afectaciones en la infraestructura universitaria causada por el azote del huracán Grace, en el norte de Veracruz, y el mantenimiento de los inmuebles que han visto desocupados por más de año y medio.
«Atender estas condiciones de infraestructura nos van a permitir regresos graduales, sobre todo en aquellos lugares donde es importante que los estudiantes participen: laboratorios, talleres, carreras que requieren trabajo de campo, Medicina, Biología, etc», explica el rector.
El plan de regreso a clases también contempla la puesta en marcha de protocolos para evitar contagios por Covid-19, y el diseño de mecanismos para brindar acompañamiento psicológico a quienes experimenten algún problema de salud mental tras el confinamiento.
El rector afirma que un sondeo reflejó que un 50 por ciento de los estudiantes desea regresar a clases presenciales, y otro tanto similar, está a favor de clases híbridas -una mezcla de horas presenciales con virtuales-. Además, dice contar con el respaldo del profesorado.
Aun así, no pierde de vista que otro reto del regreso a clases son los problemas económicos por lo que atraviesa la comunidad universitaria. En el seno familiar se experimenta la pérdida de empleo o el cierre del negocio que pagaba la carrera universitaria del estudiante.
Junto con su equipo de trabajo, ya tiende una estrategia para re incorporar a las aulas, a estudiantes que conforman parte del 15 por ciento de la matrícula escolar que se ha dado de baja temporal o definitiva en los últimos dos semestres.
“Regresar a clases presenciales, en instituciones de educación superior o básico, no sólo tiene que ver con la formación educativa, sino con fomentar una forma de relación social”.
“Queremos regresar lo más pronto posible con todas las condiciones de infraestructura, y protocolos sanitarios”, afirma.
Rumbo a la gratuidad y mayor cobertura: Ley General de Educación Superior
En Abril se aprobó en el país una nueva Ley General de Educación, la cual entre otros aspectos pretende que las instituciones de educación superior transiten hacia la gratuidad, cobertura universal y el respeto a los derechos humanos.
Aguilar Sánchez hace una pausa en la conversación para tomar un sorbo del vaso de agua -al parecer de limón- que tiene en el escritorio. Y luego, da su opinión sobre el nuevo marco legal:
“La Ley de Educación Superior es un avance, un nuevo horizonte, ya que promueve una universidad inclusiva, no discriminatoria, con perspectiva de género, donde la gratuidad sea un elemento fundamental y los estudiantes estén en el centro de la problemática educativa”.
Y aunque la gratuidad y por el otro la cobertura serán dos desafíos para la UV, el rector se muestra confiado en que es viable trabajar para alcanzarlos.
Con respecto a la gratuidad, el rector explica que será gradual y considerando a los sectores más vulnerables de la comunidad universitaria, “hay cuotas como el Pro Mejoras o pago de exámenes que gradualmente deben ir avanzando hacia una gratuidad. Pero será algo que hagamos gradualmente para no afectar algunas áreas de la universidad”.
En cuanto a la cobertura, se prevé dar solución a la gran demanda de los aspirantes de la casa de estudios con carreras donde la relación con lo virtual es más importante.
“Aquí tenemos que analizar cuales son aquellas carreras que pueden impartirse de forma virtual, pero con toda la atención de los profesores, para que los estudiantes no resientan la calidad de contenidos y enseñanza”.
Ajustarse el cinturón: vamos a reorientar el gasto
A finales de septiembre, durante la Asamblea General Ordinaria de la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU), la Directora de Educación Superior de la SEP, Carmen Enedina Rodríguez, hizo un llamado a las universidades públicas para replicar políticas de austeridad en el gasto.
“En lo personal no le veo ningún problema, es parte de la propuesta que hemos hecho y con la que tratamos de ser consecuentes… estamos revisando los rubros en donde tenemos que hacer mayor inversiones, por ejemplo en las aulas híbridas”.
Hace unos días, Martín Aguilar hizo una reducción del 40 por ciento en su compensación salarial y de un 20 por ciento entre quienes ocupan cargos directivos. Ajuste financiero que significa un ahorro de 25 mil pesos al mes para la casa de estudios.
“Es necesario el buen cuidado de los recursos, la rendición de cuentas y transparencia, para que las universidades tengan toda la confianza en general, de los gobiernos estatales y de las instancias financieras”.
Aguilar Sánchez explica que la autonomía de las universidades es un hecho histórico, que defenderá a toda costa, pero tampoco es un escudo que impida rendir cuentas. “Si nosotros estamos recibiendo recursos públicos, tanto estatales como federales, y estamos ejerciendo una autonomía, tenemos también la responsabilidad y el compromiso de utilizar los recursos de una manera ética”, ataja.
No obstante, también observó la situación por la que atraviesan seis universidades del país: Michoacán, Nayarit, Chiapas, Colima, Zacatecas y Morelos, donde los gobiernos estatales no cumplen adecuadamente con sus aportaciones financieras.
Inclusión, derechos humanos y perspectiva de género
Un caso que destacó durante los primeros días de la gestión de Aguilar Sánchez fue el caso de un docente en la Facultad de Administración que hizo comentarios homofóbicos y machistas durante una clase virtual. Este hecho causó expectativas, pues la comunidad universitaria ha demandado el respeto a los derechos humanos y la cero tolerancia a las agresiones. Al respecto, comenta el rector:
“Nuestro compromiso es crear mejores condiciones para que podamos convivir hombres y mujeres, para ello es necesario transversalizar la perspectiva de género, orientarse al área preventiva y difundir qué es la equidad e igualdad… para que así los hombres y mujeres (especialmente los hombres) podamos comprender el cambio y caminar hacia una universidad libre de violencias y donde la discriminación no tenga cabida”.
Continuando en materia de derechos humanos, otro tema que preocupa a la comunidad es la creciente violencia contra los jóvenes en el estado, en ese sentido, el rector se reunió recientemente con Hugo Gutiérrez Maldonado, titular de la Secretaría de Seguridad Pública, a fin de que si se pretende que los estudiantes regresen a las aulas, lo hagan seguros en los campus.
Esta violencia también se ha extendido a los investigadores, quienes a veces realizan trabajos que no son de agrado del poder, por lo que al cuestionar al rector, Aguilar Sánchez recordó su amplia trayectoria en la investigación de movimientos sociales y no sólo sería contradictoria ahora coartar la libertad de sus pares académicos, sino negativo. Lo que sí precisó es que espera que los investigadores puedan articularse mejor para trabajar en conjunto y no en solitario y con esto dar “mejores respuestas hacia el entorno”.
Como rector de la UV, Aguilar Sánchez tiene la convicción de mantenerse cercano con la comunidad universitaria. En ese sentido, anunció que en próximas fechas hará recorridos, foros y reuniones en las diferentes regiones y hasta adelantó que está pensando en abrirse una cuenta de Twitter para tener interacción directa con los universitarios.
AVC/Tania Rivera