Se suele temer a ciertos ciclos y cumplir 30 años es uno de ellos, ya que se cree que a esta edad termina la juventud y comienza la edad adulta. No obstante, un estudio reciente indica que sería en verdad a los 34 años cuando la juventud llega a su fin, lo que echa por tierra el mito de los 30.
Investigación indica que el fin de la juventud no es a los 30 años
Una investigación de expertos de la Universidad Stanford, llegó a la conclusión de que el paso de la juventud a la vejez no es lineal y se da por oleadas. Son momentos determinados de la edad biológica donde el cuerpo experimenta cambios importantes.
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Estas oleadas de vejez serían, según la investigación, los 34, 60 y 78 años. Lo que dejaría al mito de los 30 años sin ninguna validez. Ello porque en los tres momentos determinantes que los científicos estudiaron, el reloj biológico del cuerpo experimenta un cambio importante.
Se trata de un cambio sustancial en las proteínas de la sangre que se da a los 34 y no a los 30 años, primer momento en que la juventud comienza a extinguirse, ya que el nivel de proteínas en sangre fluctúa.
Para llegar a estas conclusiones preliminares, el equipo de científicos analizó 2 mil 925 proteínas en sangre de más de 4 mil 200 adultos de edades entre 18 y 95 años. Las pruebas indicaron que el fin de la juventud era a los 34 años, el primer momento donde la sangre cambió.
Dentro de la sangre de las personas estudiadas, encontraron 373 proteínas que servían como indicador de la edad, ya que era en ellas donde se distinguían las fluctuaciones más importantes.
¿El secreto de la juventud?
De acuerdo con las proteínas en sangre, algunas personas parecían más jóvenes o más viejas que su edad cronológica, es decir, los años que han vivido. Este hecho podría explicar por qué algunos aparentan más o menos edad de la que tienen, el secreto estaría en la sangre.
Estas proteínas clave definían un estado particular en la cognición y la fuerza física, explicó el neurólogo Tony Wyss-Coray. De esta forma, en las personas que carecían de ciertas proteínas era probable que tuvieran un envejecimiento mayor que aquellas que, con la misma edad biológica, tenían más porcentaje de ellas.
La investigación se justifica en que la composición del plasma (la porción líquida de la sangre) cambia con la edad. Por lo que no es extraño vincular este hecho con la variación de proteínas.
Si el estudio que deshecha el mito de los 30 años se confirma, este sería un avance importante en los tratamientos de rejuvenecimiento, ya que la sangre más joven, ayudaría en diferentes aspectos de la salud.
Como antecedente de esto, el estudio demostró que al inyectar sangre de ratones jóvenes en ratones viejos, algunos órganos “rejuvenecían”. Si bien la investigación necesita confirmarse, podría ser un paso para replantearse el fin de la juventud, cuyo mito indicaba que terminaba a los 30 años.
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