Los dos científicos que anunciaron en 2016 la existencia del Planeta Nueve han obtenido ahora un mapa que muestra la probable órbita de este astro, junto a su posible ubicación dentro de esa órbita. El mapa indica la ruta orbital, no en qué parte de la misma se encuentra el hipotético planeta, pero señala dónde buscarlo.

Investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han logrado delimitar la ruta orbital del Planeta Nueve: esto permitirá reducir el área de búsqueda del enigmático astro. El Planeta Nueve tendría aproximadamente 6.2 masas de la Tierra y se ubicaría en la frontera del Sistema Solar, más allá de Neptuno.

¿Dónde estaría en concreto el Planeta Nueve dentro de esa ruta orbital? No se ha podido determinar aún específicamente, pero los científicos creen que la zona más lejana al Sol es la región en la cual el astro se movería más lentamente y, por lo tanto, pasaría más tiempo. Según los expertos, dicha área debería concentrar los próximos esfuerzos de los astrónomos para descubrir finalmente la ubicación exacta del Planeta Nueve.

Según un artículo publicado en EarthSky, los investigadores estadounidenses analizaron un conjunto de observaciones de todos los objetos conocidos del cinturón de Kuiper cuyas órbitas se verían afectadas por el Planeta Nueve. A partir de esa información lograron determinar la ruta orbital del astro desconocido, en el marco de un nuevo estudio que será próximamente publicado en Astronomical Journal y que ya se encuentra disponible en arXiv.

¿La atracción gravitacional de un planeta oculto?

El cinturón de Kuiper es un disco circunestelar localizado en el Sistema Solar exterior, que se extiende desde la órbita de Neptuno hasta aproximadamente 50 unidades astronómicas (UA) del Sol. Cada UA equivale aproximadamente a la distancia media entre la Tierra y el Sol.

Los objetos ubicados en el Cinturón de Kuiper son cuerpos helados que han quedado allí desde la etapa de formación del Sistema Solar, en una extensa órbita más allá de Neptuno. Plutón, por ejemplo, es un objeto del cinturón de Kuiper. Como muchos de estos objetos tienen órbitas excéntricas, los científicos creen que reciben la influencia de un astro lejano y de enormes dimensiones, que sería precisamente el Planeta Nueve.

Una atracción gravitacional proveniente de un astro en principio «invisible» es la forma en la cual se descubrió Neptuno: en 1846, John Couch Adams y Urbain Le Verrier apreciaron que Urano era influenciado por un cuerpo desconocido y que no podía verse, que finalmente era Neptuno. ¿Será el Planeta Nueve otro ejemplo de este mecanismo de interacción planetaria sustentado en el efecto de la gravedad?

Como identificar un grano de arena en una inmensa playa

El Planeta Nueve se torna más brillante y visible cuando su órbita se acerca más a la Tierra, según los científicos que postulan su existencia. A pesar de esto, los especialistas remarcaron que es más difícil encontrarlo que verlo. En otras palabras, lo compararon con un grano de arena: en forma individual no es tan complejo visualizarlo, pero cuando se pierde en una playa su identificación resulta casi imposible. De la misma forma, el Planeta Nueve se dejaría ver por instantes, para luego perderse y ocultarse en la inmensidad del cosmos.

Luego de comparar los datos obtenidos sobre el Planeta Nueve con la localización de cada objeto presente en el Cinturón de Kuiper, los investigadores también buscaron evitar sesgos de observación, o sea áreas que hayan recibido demasiada atención en detrimento de otras. Justamente dichos sesgos habían sido una de las principales críticas realizadas en torno al estudio original de 2016, en el cual sostienen la existencia del Planeta Nueve.

Konstantin Batygin y Mike Brown plantearon en 2016 la existencia del Planeta Nueve a partir de modelos matemáticos y simulaciones por computadora. Según los investigadores, el astro tardaría entre 10.000 y 20.000 años en dar una vuelta entera alrededor del Sol y posee 5.000 veces la masa de Plutón, por lo tanto no habría discusiones sobre su clasificación como planeta, en caso de confirmarse su existencia.

De ahora en adelante, la búsqueda del gigantesco astro podría ser más sencilla, al contar con el marco de referencia que supone la identificación de una ruta orbital. ¿Habrá llegado finalmente el momento de descubrir la ubicación precisa del Planeta Nueve y confirmar de una vez su existencia?

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