Prácticamente todo el mundo ha sentido terror en algún momento de su vida, y en esos momentos de escalofríos su cuerpo ha sufrido un cambio conocido popularmente como “piel chinita” o carne de gallina.

Esta curiosidad física altera nuestra piel de una forma muy rara, erizando nuestro vello y cambiando momentáneamente la piel de nuestros brazos, dándole una apariencia más rugosa.

¿Por qué ocurre este extraño fenómeno? Como en todo, la ciencia tiene la respuesta.

La piel chinita

Dentro de las frases que nos ha legado la cultura popular mexicana sobresale “se me puso la piel chinita“, para referirnos al momento en que sentimos un escalofrío.

También se conoce como “carne de gallina” o “piel de gallina“, por la manera en que nuestros vellos del cuerpo se erizan, causando como resultado que la piel forme una capa aislante y nuestros poros se marcan, que se asemeja a la carne de pollo, gallo o gallina sin plumas que venden en las pollerías.

Se cree que el origen de la frase data de la época de la Nueva España, cuando a las mujeres jóvenes se les llamaba “chinitas”.

Supuestamente, de acuerdo con la cultura popular de la época, a las mujeres jóvenes que perdían la virginidad se les erizaba el vello de las manos y piernas y sentían escalofríos por un cambio de la temperatura de su cuerpo, sensación que se simplificaba llamándola como “piel chinita“.

Con el paso del tiempo, la sensación dejó de ser exclusiva de las mujeres jóvenes, y pasó a toda persona que sintiera escalofríos, curiosamente ya no tanto por algún aspecto sexual, sino mayoritariamente por miedo.

Así, era común escuchar en los relatos de las leyendas de terror de todo México que los protagonistas de las mismas sentían “la piel chinita” en algún momento de sus terroríficas historias.

¿Por qué sentimos la “piel chinita”?

En las décadas recientes, se suele pensar que la “piel chinita” es el resultado de sentir mucho terror, pero, de acuerdo con el doctor Hugo Sánchez Castillo, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, es el resultado del estrés y es una forma de prepararnos para luchar o huir.

De acuerdo con Sánchez Castillo, cuando nuestro cuerpo siente que estamos en peligro reacciona con una ” movilización de energía para producir una respuesta explosiva”.

En estos casos se da un bombeo sanguíneo hacia los brazos y las piernas, junto con una disminución de la respuesta de secreción de movimientos estomacales, liberación de adrenalina o un incremento de dopamina. Todo lo anterior ayuda a producir la “piel chinita“.

“[Es estos casos] tenemos una serie de receptores que responden a la vibración [del cuerpo] y cuando se generan los cambios, por las movilizaciones de energía, tenemos contracciones musculares y piloerección en conjunto, y dan una estimulación que permite a la piel detectarlo y se siente como una especie de recorrido [de energía del cuerpo]”, señaló el especialista.

Sánchez Castillo también recalca que la “piel chinita” puede producirse por estímulos positivos o negativos.

En el primer caso ejemplifica con encontrarnos de improviso con una persona que nos resulta atractiva, y en el segundo cuando nos encontramos en una situación potencialmente peligrosa, como los momentos antes de ser asaltado en la combi.

Actualmente también se le llama piel de gallina a la queratosis pilaris, una afección que aparece en la piel y que debe de tratarse por médicos especialistas.

Televisa

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