La magistrada Yolanda Cecilia Castañeda Palmeros puede tener muchos defectos, pero entre ellos no se encuentra la incongruencia. La mujer ha mantenido por años un discurso crítico que incomoda a otros magistrados, a jueces y a funcionarios en el Poder Judicial de Veracruz.
Fue ácida, por ejemplo, cuando desde el Poder Ejecutivo se nombró como magistrados a personajes de la política que hasta ese momento no tenían experiencia alguna en el área de impartición de justicia. En 2010, Castañeda Palmeros expuso que a los 70 años, edad de los nuevos nombramientos, uno piensa en el retiro, no en iniciar una carrera en el Poder Judicial, en alusión a personajes como Ignacio González Rebolledo y Edel Álvarez Peña.
En agosto de ese año, Castañeda Palmeros fue entrevistada por su inconformidad ante el nombramiento de nuevos magistrados, la mayoría de los cuales no tenía currículum, experiencia, trayectoria profesional y méritos para ocupar un espacio en lo más alto del Poder Judicial de Veracruz. Su comentario fue lapidario: “ya cualquier pendejo puede ser magistrado”.
Apuntó que los nombramientos que se impulsaban desde Palacio de Gobierno –en ese entonces despachaba Fidel Herrera– violentaban la Constitución porque favorecían a personas sin carrera judicial.
Posteriormente, en 2013, buscó la presidencia del Poder Judicial, contendiendo contra Alberto Sosa Hernández. En esa ocasión, no fue favorecida con el voto de los presidentes de las salas del Tribunal, pero recibió en cambio en reconocimiento de las organizaciones, colegios y foros de abogados, que mostraron su respaldo a la trayectoria de una mujer que acumula más de 40 años de experiencia en el servicio.
La magistrada Castañeda Palmeros también fue crítica cuando se refirió a la designación de Sofía Martínez Huerta como presidenta del Poder, en diciembre de 2019; y ha señalado de forma enfática, en reiteradas ocasiones, los históricos niveles de corrupción que se registran en el tribunal veracruzano.
En fin, se trata de una voz que ha sido tan crítica como congruente al interior del Poder Judicial de Veracruz y que por tanto debe ser escuchada.
Este martes, anunció su salida del Tribunal y aprovechó para soltar un nuevo señalamiento; sostuvo que la actual presidenta del Poder Judicial, Isabel Inés Romero, no tiene estatura para estar al frente y que la instancia se ha convertido en un refugio de arribista e improvisados.
Al participar en un panel organizado por el medio digital Al calor político, la magistrada no escatimó a la hora de descalificar a la actual presidenta; señaló que está “enferma del cerebro” y que hay un saqueo millonario en el Fondo Auxiliar.
Si hace 11 años fue lapidaria cuando dijo que “cualquier pendejo puede ser magistrado”, este martes no se quedó atrás, al afirmar que lejos de orgullo, lo que provoca el cargo de magistrado en Veracruz es vergüenza; y con sarcasmo señala que tras su retiro pondrá “un local de garnachas que se va a llamar La Magistrada”, con un lema publicitario que diga “Premio Nacional al Mérito Judicial otorgado por la Suprema Corte de Justicia”.
La magistrada puede causar urticaria a muchos al interior del Poder Judicial de Veracruz, pero con seguridad la van a extrañar.
@luisromero85