Hospitales saturados, incremento exponencial de contagios y nuevos casos en niños, adolescentes y personas no vacunadas, son algunos síntomas de la tercera ola del Covid19. Enfrascado en su propósito de forzar el reinicio de clases “llueva, truene o relampaguee” y la reapertura de la actividad económica, el Presidente ha vuelto a desestimar el comportamiento de la pandemia, mostrándose como un gobierno catatónico.

Ante la falta de una estrategia para contener la nueva ola de la pandemia, López Obrador recurre nuevamente al falso optimismo: “son pequeños rebrotes; hay estos pequeños rebrotes en distintas partes, vamos a mantener hospitales Covid; estamos esperando pasar de una situación de emergencia a la normalidad” dijo el jueves en Palacio Nacional.

Ese día, el país sumó 16,244 contagios, entonces la mayor cifra en lo que va de la tercera ola de la pandemia y el mayor incremento diario desde el 29 de enero. Ayer la cosa se puso peor al reportarse 17,428 casos en sólo un día.

Durante su última visita a Veracruz, el Presidente insistió en que la tercera ola no es tan grave como las primeras dos, sin embargo, ordenó algo que no había hecho antes: aplicar de manera masiva la vacunación en al menos cinco estados del sureste del país, entre ellos Veracruz, donde están considerados al menos un centenar de municipios que han mostrado incrementos inusuales de casos positivos. Por fin darán salida a las más de 20 millones de vacunas que estaban almacenadas.

Pero ante la crudeza de las cifras y el comportamiento de la pandemia, las autoridades de salud han optado por la secrecía y la opacidad de la información. El gobierno federal ha dejado de concentrar y proporcionar información básica para el seguimiento de la pandemia por Covid-19 en el país como los índices de positividad, de letalidad, el número de personas estudiadas, la ocupación hospitalaria por entidad federativa y el tipo de hospitalización, entre otros.

La razón es muy sencilla: el gobierno no tiene ningún plan para enfrentar la tercera ola, salvo acelerar el proceso de vacunación –lo cual inexplicablemente no había hecho-, y volver a reacondicionar los hospitales y centros de atención a centros Covid19.

Hace unos días, según una crónica del periodista Raymundo Riva Palacio, el Presidente López Obrador encabezó una reunión de gabinete con la tercera ola del coronavirus como único tema. Ahí se confirmó que el gobierno no tiene estrategia.

Se esperaba que López-Gatell presentara una estrategia que mostrara el camino para salir de ella, pero no pudo aportar nada. Su presentación provocó molestias entre los presentes y exasperación del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien repetidamente lo interrumpió para pedirle respuestas concretas, a lo que el subsecretario sólo parloteó ambigüedades y presentó una sola idea concreta: reanudar las conferencias de prensa vespertinas para insistir en la responsabilidad de la gente para contener y derrotar al Covid-19, relata el columnista.

Otra vez, la realidad rebasó al gobierno. Los casos de la capital del estado y la zona conurbada del puerto de Veracruz son particularmente graves. En Xalapa, ante el repunte de contagios, se puso en operación nuevamente el Centro de Atención Médica Expandida (CAME-19) en las instalaciones del Velódromo. Este lugar cuenta con 170 camas, sin embargo, la Secretaría de Salud confirmó que a la fecha únicamente están en servicio 30 espacios, de los cuales, 21 ya están ocupados.

Mientras, la zona conurbada se ha convertido en el epicentro de la pandemia en Veracruz; en sólo una semana, los hospitales públicos y privados alcanzaron una ocupación del 100 por ciento de pacientes Covid.

Al corte del 24 de julio, nueve hospitales de Veracruz estaban al límite de ocupación de camas; de ellos, el Hospital de Boca del Río y los dos Hospitales del IMSS ya estaban a tope. El Hospital Naval de la Semar, los hospitales del IMSS y del ISSSTE tienen al cien por ciento la ocupación de camas en el área de cuidados intensivos, como sucede también en la Beneficencia Española y Star Médica.

Este lunes, el Gobernador Cuitláhuac García emitió un decreto cargado de buenas intenciones. Se trata apenas de un exhorto para que la población, los comercios y empresas, así como las autoridades municipales se auto regulen y eviten las aglomeraciones públicas y eventos masivos. Veracruz tiene 41 municipios en riesgo alto y cuatro en riesgo máximo.

Todo mientras el Presidente informa del contagio de su hijo menor como si fuera un mal chiste.

Las del estribo…

1. Con inusual frenesí, el alcalde de Xalapa Hipólito Rodríguez decidió salir a la caza de contribuyentes. Pretende cobrar multas y recargos –superiores incluso a la deuda inicial-, a quienes no pagaron el impuesto predial 2021, que en muchos casos se debió a que el servicio fue restringido a causa de la pandemia. ¡Bendito año de Hidalgo!

2. Este martes, el Congreso local aprobó la dispensa al tabasqueño Iaved Israel Venegas Durán para que pueda ocupar la titularidad de la Academia Regional de Seguridad Pública del sureste sin ser veracruzano. ¿En verdad no hay ningún veracruzano con la capacidad, experiencia y conocimiento para el cargo? Pesa más el paisanaje.