Recientemente, la UNAM publicó un estudio en el que detalla porque los hongos prometen ser la comida del futuro, y es que este recurso natural tiene una gran fuente de proteína y vitaminas, además de que son ricos en minerales, zinc, calcio y el selenio.
Hongos comestibles
En la época prehispánica, los hongos eran denominados nanácatl por su parecido en aspecto y sabor con la carne. Además, eran bastante consumidos por los aztecas tanto en ceremonias rituales, para preparar alimentos y hasta por sus propiedades medicinales.
Actualmente en México, hay aproximadamente 300 especies diferentes de hongos comestibles, según información de la Secretaría del Bienestar; estos proliferan en bosques templados y la mejor época para recolectarlos es durante las lluvias, entre julio y septiembre.
Los estados que registran la mayor producción de hongos comestibles son el Estado de México, Puebla, Querétaro, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Sonora y Veracruz.
La comida del futuro
Los hongos apuntan a ser la comida del futuro, debido a que tienen una enorme proporción de proteínas. De acuerdo a la Maestra en Ciencias Elvira Aguirre Acosta, delegada de la Recopilación de Hongos del Herbario Nacional de México del Instituto de Biología de la UNAM, cada seta contiene alrededor de un 40% de materia seca, y de este porcentaje, un 20% son proteínas; por lo tanto el 60% restante es agua.
Además, aportan vitaminas B1, B12, D, ácido ascórbico, así como minerales indispensables en la dieta diaria, como el calcio y el fósforo. Al mismo tiempo, su bajo contenido calórico, de grasas y carbohidratos, lo convierten en un ingrediente perfecto. “Son un alimento nutritivo y bajo en calorías, o sea el tipo de alimento ideal para estar bien alimentado y en buena forma física”, detalló Miguel Armando López Ramírez, Biólogo del Instituto de Investigaciones Forestales de la Universidad Veracruzana.
En este sentido, también se informó que los biotecnólogos pueden acortar los períodos de cultivo mediante el desarrollo de cepas de rápido crecimiento. A través de la manipulación genética, pueden cambiar su tamaño, y hacer que cada seta sea más grande, aumentar la cantidad de proteínas, y desarrollar cepas resistentes a las temperaturas extremas, de forma que pueda controlarse el cultivo de hongos durante todo el año, independientemente del clima.
Para los expertos de la UNAM, especies de hongos como las setas y champiñones son fácilmente reproducibles en bosques húmedos o en los hogares gracias a las nuevas técnicas de cultivo que se han implementado. Incluso para las personas vegetarianas, este pequeño producto se considera como uno de los mejores en la alimentación diaria por la cantidad de nutrientes que aportan.
Investigaciones de la UNAM
Hoy en día, el Instituto de Biología de la UNAM cuenta con una colección en donde se resguardan más de 30 mil ejemplares de hongos; donde se registra la información exacta de lugar de recolección, tipo de especie y fecha, es decir, se tiene un muestrario detallado y un mapa de la diversidad del reino fungi en México.
Además de ser una excelente y nutritiva opción para la comida del futuro, los hongos son importantes en el medio ambiente, ya que funcionan como descomponedores de materia orgánica tanto animal como vegetal.
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