Será un día intenso en el Congreso local. En la sesión de hoy se discutirá el dictamen para reformar el Código Penal del Estado, a fin de permitir la interrupción legal del embarazo hasta la semana 12 de gestación. La propuesta propone que: «comete el delito de aborto quien interrumpe el embarazo después de la décima segunda semana de gestación” y define que el embarazo es “la parte del proceso de la reproducción humana que comienza con la implantación del embrión en el endometrio».
La iniciativa representa una larga lucha de colectivos feministas y una férrea defensa de las iglesias católica y evangélica. Por ello, se espera que desde temprano el Congreso se encuentre acorazado ante las manifestaciones de uno y otro bando, en lo que se espera sea una sesión con un altísimo ausentismo de legisladores.
Actualmente, la interrupción legal del embarazo está permitida sólo en la ciudad de México desde 2007 –es decir, es un debate que lleva casi décadas-, en Oaxaca y en Hidalgo, donde se aprobó apenas el 30 de junio. Veracruz sería apenas la cuarta entidad en aprobarlo, algo que parece una misión complicada pero no imposible: si a la sesión sólo asisten 30 diputados, con sólo 16 votos –la mayoría simple de los presentes- será suficiente.
Pero incluso en Morena hay serias resistencias. En los últimos seis meses se ha desechado esta reforma en los estados de Quintana Roo, Aguascalientes y hace apenas tres semanas, en Baja California Sur. En estos Congresos, como seguramente sucederá hoy, la bancada mayoritaria ha tenido un voto heterogéneo; en Veracruz, muchos diputados morenistas y del resto de las fracciones han manifestado su voto en contra de la despenalización.
La polarización ya está dada; no es necesario abonar a ella. No es necesario ubicarse en las posiciones de los grupos sino en el contexto y contenido de la reforma que se propone.
Uno de los problemas de esta iniciativa a nivel nacional, es que ha generado un debate donde sólo existen dos posiciones: quienes están a favor –y se les señala de violentar el derecho a la vida de otra persona- y quienes están en contra, a quienes también se les acusa de que se trata de un asunto ideológico vinculado a sus creencias religiosas. Ambas son verdades a medias.
En realidad, el debate va mucho más allá de esas posiciones y no se han considerado todas las circunstancias que revisten este fenómeno. No es sólo un tema jurídico y moral, sino que tiene que ver fundamentalmente con los derechos humanos de cada persona.
En el caso de Veracruz, por ejemplo, la interrupción del embarazo ya es legal cuando se trata de una mujer que haya sufrido una violación, que su salud corra peligro y esté en riesgo de muerte, que el bebé tenga malformaciones congénitas graves, que haya sufrido una inseminación artificial no consentida o presente un aborto imprudencial puede ser sancionada por ello. En todos estos casos, el derecho a interrumpir el embarazo ya está tutelado.
Este Dictamen no resuelve los problemas que llevan a una mujer a interrumpir un embarazo. El Congreso debería legislar sobre políticas públicas en educación sexual integral; cada aborto es una evidencia de que el Estado sigue llegando tarde, y de que hemos fracasado como sociedad.
El dictamen está centrado en su totalidad en la defensa de la vida de quien no ha nacido sin abordar plenamente el derecho de las mujeres. Por ello, la reforma no debe enfocarse solamente en defender el derecho a la vida desde la concepción –que es el origen del debate legal, moral e ideológico-, sino que se deben incorporar todas las visiones.
Una de estas visiones es garantizar el derecho a la salud reproductiva en todos sentidos. Se pretende que el Estado provea los medios y garantice una interrupción segura del embarazo sin importar la causa. Sin embargo, nadie habla del otro extremo, es decir, las personas que sí quieren tener una familia y no cuentan con los medios económicos para someterse a un procedimiento de reproducción asistida. No tiene sentido que el Estado proteja a unos y a otros no.
Aun no queda claro el propósito de la reforma en el sentido de establecer si se trata de despenalizar el aborto o de legalizarlo. Son cosas diferentes y en ello juegan un papel muy importante las causales. Lo que el Congreso debe hacer es despenalizar.
La solución definitiva vendrá cuando la Suprema Corte de Justicia lo determine como una norma para todo el país y se incorpore a la Constitución, en el sentido que sea. Hoy será un día de furia, dónde sólo asomarán filias y fobias.
Las del estribo…
- Este martes estará en Xalapa el gobernador del estado de Puebla, Miguel Barbosa, acompañado de su gabinete de seguridad para tener un encuentro con sus homólogos veracruzanos. Buscan llegar a acuerdos para blindar la extensa frontera que involucra a 75 municipios -30 de ellos en Puebla y 35 más en Veracruz- en la que sucede prácticamente de todo en materia delictiva.
- Ayer la diputada Dolores Padierna anunció que al día siguiente de que se realice la consulta popular iniciará la campaña a favor de refrendar al Presidente durante el proceso de revocación de mandato. Morena ha convertido la vida pública en una eterna y costosísima campaña electoral. Además de que no saben hacer otra cosa, resulta bastante redituable.