Sam Schmidt fue campeón de la Indy 500 en el autódromo Las Vegas Motor Speedway en 1999, pero meses después se accidentó durante una práctica, lo que le provocó un daño en su médula espinal que le impidió tener movilidad en brazos y piernas. Ahora es uno de los especialistas que trabajan en el desarrollo de un sistema que permite manejar vehículos a personas con parálisis en el cuerpo.

Desde 2013 comenzó a trabajar en el sistema de movilidad semiautomática (SAM Car), mismo que ya está en su última versión e instalado en un Chevrolet Corvette C8 Stingray V8. Este permite que el conductor gire la cabeza para determinar los movimientos del vehículo, incluso a una velocidad superior a los 100 kilómetros por hora.

El vehículo cuenta con cámaras infrarrojas en el tablero capaces de detectar los movimientos de la cabeza a través de un sombrero y lentes de sol que el conductor debe ponerse. Este equipo se conecta a un sistema que rastrea los movimientos más sutiles en tiempo real para hacer reaccionar al coche.

Para acelerar y frenar es necesario que el conductor inhale y exhale en un sensor de presión sensible que responde a este recurso. Aunque el sistema ha demostrado ser seguro, en el vehículo también viaja un copiloto en caso de alguna emergencia.

El SAM Car fue desarrollado en conjunto con ingenieros de la firma Arrow Electronics y ya ha recorrido varias pistas de carreras en Estados Unidos. La primera prueba se realizó en Indianápolis tras ocho meses de trabajo y a una velocidad mínima.

“Lo que no anticipé fue esta abrumadora sensación de normalidad porque tenía el control. Y, literalmente, hasta ese punto de mi vida, realmente no había mucho que controlara. Necesitaba ayuda para todo. Así que el hecho de que mientras lo conduzco, utilizo el freno y el acelerador y voy tan rápido como quiero es emocionante. Así que es fantástico “, comentó Schmidt a Reuters.

La tecnología es la oportunidad para permitir a las personas con discapacidad hacer algunas actividades con cierta autonomía, por lo que los desarrolladores no descartan utilizarlo con fines industriales.

La extensión hacia un exoesqueleto

El sistema ya fue incluido en un exoesqueleto que Schmidt probó en la boda de su hija y que le permitió bailar algunas piezas musicales. El Suit Sam es un traje que permite caminar a quien lo utiliza de forma segura a distancias cortas, innovación que busca evolucionar para que la persona se siente y gire por sí sola.

El traje cuenta con una tabla rígida en la espalda, cables resistentes en las piernas y soporte en los brazos. Los sensores que se encuentran en los pies ayudan a modular la velocidad de caminata y son capaces de procesar los movimientos de las piernas para sincronizarlos con el resto del cuerpo.

Con un peso de 13 kilogramos, el traje permite que se utilice en terapias de recuperación, ya que resiste sesiones de entrenamiento de 90 minutos con autonomía y cerca de 100 pasos.

La tecnología fue presentada en marzo de 2021 en Las Vegas y mientras se perfecciona será utilizada por Schmidt como una forma de promoción y apoyo entre quienes también padecen alguna forma de parálisis.

excelsior.com.mx

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