Casi a punto de que el cuerpo sin vida de Ilse Denisse González Mérida fuera llevado en un féretro de madera a bordo de una camioneta al interior del panteón Bosques del Recuerdo, una mujer soltó en llanto y expresó “Que tristeza, nosotros mandamos a los hijos a trabajar y nos los regresan muertos, no es justo, no es justo”.

Una camioneta color dorado repleta de coronas y flores siguió el paso de otro vehículo color blanco dónde iba el féretro con Ilse Denisse, de apenas 30 años, y asesinada en el municipio de Cosamaloapan, ubicado en la cuenca del río Papaloapan.

En la misa de velación oficiada en la iglesia de María Madre ubicada en la calle de Zempoala, el sacerdote ofreció oraciones por el eterno de descanso de Ilse Denisse y exhortó a los dolientes a hacer uso de la sana distancia a fin de evitar los contagios de coronavirus, y que al llevar el cuerpo al panteón, los acompañantes se quedarán afuera, que le dieran el espacio a la familia.

La muerte de Ilse Denisse, refieren los acompañantes al sepelio, cayó como agua helada para la familia porque se trataba de “una niña bien portada, siempre estudiando, preparándose, no nos lo esperábamos, bueno nadie se prepara para ver morir al ser querido, pero ella no tenía por qué morir”.

Ilse Denisse estudio la carrera de Sistemas Computacionales Administrativos de la Universidad Veracruzana, posterior ingresó a laborar a la empresa paraestatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) con sede en Cosamaloapan, llevaba dos años en el sur.

“Su papá Rafael, su mamá Jaque, siempre estaban al pendiente de ella. Todos son una familia trabajadora, siempre trabajando y aquí estamos, no sé no porque no nos dejan pasar, es que el Padre en la iglesia dijo que no pasáramos tantos, que sólo pasarían diez familiares del papá, diez familias de la mamá y ya, que no podíamos pasar más” dijo una de las mujeres adultas que acompañaron el cortejo fúnebre.

Al interior del panteón sólo entraron dos docenas de personas, y el resto se quedó en el portón color verde; los más jóvenes, amigos y amigas de Ilse Denisse se abrazaban y lloraban; otros más estaban molestos porque le quitaron la vida, y sólo repetían ¿Por qué? ¿Por qué?.

El grupo de acompañantes comenzó a separarse porque empezó a lloviznar, así que algunos buscaron refugios en sus automóviles, y otros buscaron el techo del portón de la entrada al panteón privado, y se hizo un silencio que claramente se podía escuchar el agua cuando golpeaba las hojas de los árboles.

Apenas el lunes 12 de julio, las notas policiacas de los medios de comunicación informaron que cerca de un encierro de grúas, en la localidad Oyozontle, municipio de Cosamaloapan fue localizado el cuerpo de una mujer que presentaba un avanzado estado de descomposición; tenía puesto una blusa amarilla, un pantalón de mezclilla azul y tenis blancos y presuntamente habría sido asesinada.

El lunes por la noche el padre y madre de Ilse Denisse acudieron a Cosamaloapan porque llevaban varios días sin saber de ella, y lamentablemente reconocieron que el cuerpo ubicado en Oyozontle, pertenecía a su hija; el miércoles fue velado en la funeraria Bosques del Recuerdo, y este jueves le dieron cristiana sepultura.

AVC/Verónica Huerta

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