En las últimas semanas, la policía estatal de Veracruz se ha visto envuelta en sucesos que han costado la vida a personas inocentes, en circunstancias que por negligencia y encubrimiento no han sido aclaradas. Versiones oficiales que no concuerdan con lo sucedido han sido el salvoconducto para evitar una investigación objetiva por parte de la Fiscalía del estado.
El domingo por la tarde, un hombre intentó quitarse la vida lanzándose del puente peatonal frente a la principal plaza comercial de Xalapa. La intervención de elementos de la policía lo impidió. El presunto suicida fue llevado al cuartel de San José, donde finalmente cumplió su cometido.
Los hechos ocurrieron –dice el boletín oficial- luego de ser trasladado al cuartel para valoración médica, en donde la persona solicitó ingresar al sanitario, momento que aprovechó para buscar un objeto punzocortante y herirse en el cuello. De acuerdo a las autoridades, aunque paramédicos de la policía estatal le brindaron la atención médica, falleció a causa de sus heridas.
Fue la tercera muerte de personas en custodia de policías ocurrida en año y medio en este lugar. En mayo del año pasado, en las mismas mazmorras, murió el serigrafista Carlos Navarro Landa; los familiares acusan que en realidad fue asesinado mediante abuso policial. Lo mismo sucedió en octubre de ese mismo año, cuando estando a resguardo de los policías, Gustavo Ortiz Hernández perdió la vida. En ambos casos, las investigaciones nadan en el pantano de la impunidad.
Apenas una semana antes, la policía participó en una refriega en la que dos menores de edad fueron asesinados en el municipio de Amatlán de los Reyes, consecuencia, dijeron, del fuego cruzado entre policías y delincuentes. Sin embargo, las imágenes que circularon ese mismo día en redes sociales sólo muestran a un grupo de ciudadanos en protesta y la estampida de la policía tras las ráfagas de disparos.
En todos los casos, el gobierno estatal ha extendido un manto de encubrimiento e impunidad. A primera hora del lunes pasado, el gobernador Cuitláhuac García salió a exonerar a los policías que estaban a cargo del suicida de San José. “Estaba totalmente determinado a quitarse la vida”, explicó mostrando su absoluta ignorancia jurídica y su férrea voluntad por encubrir a los elementos policiacos.
¿Qué pasó en Hidalgo? El 17 de junio, una juez de control vinculó a proceso penal por homicidio culposo por omisión -y no feminicidio- a los 7 policías municipales de Progreso de Obregón -cuatro hombres y tres mujeres entre ellas a Estefanía Hernández, directora de Seguridad Pública municipal- por la muerte de la doctora Beatriz Hernández en la galera municipal ocurrida el 9 de junio.
Horas antes, la doctora había sido detenida por ser la responsable de un accidente de tránsito, según lo había reconocido ella misma luego de prestar atención médica a los lesionados. Sin embargo, la policía la detuvo con violencia y la remitió a la cárcel. Momentos después apareció muerta en su celda.
Una vez que se acreditó el suicidio, la juez reclasificó el delito de feminicidio por el de homicidio culposo por omisión a solicitud de la Procuraduría al considerar que hubo descuido y omisiones de los policías al no vigilar a Beatriz Hernández durante su estancia en la barandilla municipal para evitar que se quitara la vida.
Ambos suicidios, ambos omisiones de la policía, ambos homicidios culposos. La diferencia es que mientras la PGJH investigó y fincó responsabilidades, en Veracruz la ignorancia y el encubrimiento al más alto nivel han convertido a los policías estatales en un riesgo tan alto como el de los propios delincuentes.
Los aspirantes a la rectoría de la UV
Luego de la eliminación directa del doctor José Roberto Ruiz Saldaña, actual consejero nacional del INE, como aspirante a la rectoría de la UV, aun quedan 13 candidatos que deberán superar las siguientes etapas del proceso. La lista es demasiado larga si consideramos quienes tienen verdaderas posibilidades de ocupar la rectoría.
De los trece que quedan, la comunidad universitaria empieza a decantar por quienes llegarían a la terna final, que podría quedar integrada por algunos de los siguientes personajes: Jorge Manzo Denes, Francisco Coronel Brizio, Darío Fabián Hernández González y Rocío Ojeda Callado. El resto presumirán que alguna vez aspiraron a la rectoría de la UV.
Las recientes apariciones del ex rector Víctor Arredondo Álvarez, de Francisco Monfort Guillén y de otras vacas sagradas del pasado, confirman que los grupos universitarios empiezan a alinearse en torno a los candidatos. Todos pontifican.
Las del estribo…
1. Presume el gobernador Cuitláhuac García que el cambio de la 4T se percibe porque ya no cobran en los baños públicos de las gasolineras. ¿Sabrá en cuánto está el litro de gasolina que López Obrador prometió a 12 pesos? ¡Qué importa si ya los baños son gratis!
2. Que Morena sea el partido que aporte más mujeres a la próxima Legislatura o que haya un acuerdo previo entre las dirigencias partidistas no son criterios para la asignación de las plurinominales. La verdadera razón es el férreo control que ejercen sobre el OPLE, el Poder Judicial, los tribunales electorales o sobre quien haga falta.