Numerosos internautas han publicado a través de redes sociales videos o fotografías en las que se observa cómo objetos de metal como tenedores, clips o monedas se les pegan en los brazos tras recibir una dosis de la vacuna anti-COVID.

 Tras la viralización de estos videos e imágenes, usuarios de redes sociales especularon acerca de la implantación de imanes en el cuerpo con la inmunización contra el coronavirus SARS-CoV-2.

Sin embargo, numerosas voces, entre ellas las de especialistas en vacunas, han negado que sea posible que las dosis contra COVID-19 contengan imanes y que estos provoquen magnetismo en el cuerpo.

El nuevo pronunciamiento por parte de la comunidad científica al respecto sucedió después de que Rocío Gómez, una mujer residente en Argentina, compartiera fotografías en las que se observan varios clips pegados en su brazo.

Según la mujer, este efecto magnético en su brazo se registró después de recibir su primera dosis de la inoculación creada por AstraZeneca.

Gómez refiere que al llegar a su casa tras recibir la inyección, su pareja le pidió realizar un experimento visto en redes sociales, así que tomó unos clips y se los puso en el brazo, lo que la sorprendió pues estos no se despegaron de su piel.

“Mi pareja se reía, yo que no creo en esas cosas virales, no le di mucha bola. Agarró unos clips de oficina normales y otros que son como mariposa, más pesados, y me los empezó a poner en el brazo donde me habían aplicado la vacuna. El decía que se me iban a quedar pegados, me parecía una locura, una cosa rara de Internet. No se caían, se me quedaban pegados. Yo movía el brazo a ver si se corrían y nada”, aseguró la mujer.

Pese a este y otros testimonios, los expertos señalan que la vacuna contra COVID-19 no contiene ningún componente capaz de producir atracción magnética, y que el único objetivo de la inoculación es generar una respuesta inmunológica contra el virus.

Así lo asegura Stephen Schrantz, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Chicago.

“No. Recibir una vacuna contra el COVID-19 no puede hacer que tu brazo se magnetice. Se trata de un engaño simple y llano. No hay absolutamente ninguna forma de que una vacuna pueda provocar la reacción que se muestra en estos video”, afirmó Schrantz.

Aunque las diferentes vacunas contra el COVID han sido objeto de teorías de la conspiración desde meses antes de que se comenzaran a aplicar masivamente, los componentes de estas no son ningún secreto.

La composición de las inmunizaciones creadas por Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Sputnik o Shopharm han sido compartidas por estos laboratorios o por las autoridades sanitarias que aprueban su aplicación a la población.

Otro especialista, el investigador de vacunas y profesor de biología celular y del desarrollo en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, Thomas Hope, explicó que ningún componente de las vacunas puede lograr el efecto magnético presuntamente documentado en redes.

“No hay nada en las vacunas con lo que un imán pueda interactuar; hay proteínas, lípidos, sales, agua y sustancias químicas que mantienen el pH. Eso es básicamente todo, así que (lo mostrado en los videos) no es posible”, afirmó Hope.

Thomas Hope agregó que aunque las vacunas tuvieran trazas de sustancias magnéticas, las vacunas “tendrían que colocar una pieza de metal bastante sustancial debajo de la piel para que los imanes se adhieran”, lo que es imposible administrar a través de una aguja.

La opinión experta de Schrantz y Hope no es la única, pues Nicolás Torres, del Laboratorio de Inmunopatología del IBYME-CONICET, de Argentina, respalda los dichos de los investigadores.

“Lo que muestra el video ni siquiera es científico. En las vacunas hay material genético, proteínas, algún azúcar. Y ninguna de estas moléculas tiene propiedades magnéticas fuertes como para pegar un imán”, explicó.

reporteindigo.com

Conéctate con Formato Siete:

APUNTES | ¡Vicente, cómo estás, ya llegué!