Este 12 de julio se celebra en nuestro país el día del abogado, conmemoración instaurada en 1960 por Decreto del entonces Presidente Adolfo López Mateos a iniciativa del director del periódico “El diario de México”, el abogado Federico Bracamontes Gálvez.

Esta fecha se encuentra relacionada con dos acontecimientos importantes para la ciencia jurídica: la impartición de la primera cátedra de derecho en América Latina, misma que tuvo como sede la Nueva España y la lectura de la cátedra “Prima de leyes” por el Doctor Bartolomé Frías y Albornoz en la Real y Pontificia Universidad de México en el año de 1553.

Sin duda, la abogacía es una de las profesiones más antiguas del mundo y una de las carreras que más influencia ha ejercido en la vida pública y privada de nuestro país; a través del ejercicio del derecho se han creado las leyes e instituciones que han cimentado esta gran nación.

Por cuanto hace al estado de Veracruz, la enseñanza del derecho a nivel licenciatura se remonta a 1918, con la fundación de la Escuela Libre de Derecho, reconocida como institución oficial el 25 de junio de 1920 bajo el nombre de Escuela de Derecho del Estado; en 1944 año en que se constituyó la Universidad Veracruzana pasó a formar parte de esta institución educativa, denominándose Facultad Jurídica, actualmente Facultad de Derecho.

La historia de México no podría entenderse sin la ciencia jurídica, pues esta rama del conocimiento ha contribuido a dar cause y rumbo a nuestra nación, desempeñando un papel  fundamental en la construcción del Estado de Derecho, en virtud de ello, los abogados tenemos la obligación de ser agentes de cambio desde el espacio de responsabilidad laboral en donde nos desempeñemos, ya sea como juzgadores, litigantes, docentes o desde la administración pública.

Aunado a ello, también tenemos la responsabilidad de seguir preparándonos y actualizarnos continuamente, el derecho y las leyes se transforman constantemente y debemos tener la capacidad no solo de conocerlas, sino de interpretarlas, pues nuestra carrera se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.

Esta conmemoración  representa una oportunidad para reafirmar el compromiso que asumimos al tomar la decisión de estudiar esta noble profesión; las circunstancias actuales nos obligan a renovarnos para afrontar los múltiples desafíos que ha traído consigo la pandemia por Covid-19, pues derivado de esta situación la tecnología ha tomado un papel preponderante en el ejercicio del derecho, transformando nuestra realidad jurídica y social.

La innovación y capacidad de adaptación son aptitudes esenciales para hacer frente a los desafíos presentes y futuros, pero el conocimiento también debe cimentarse en valores como la  honradez, lealtad, honestidad y respeto; un profesional del derecho debe ser justo y honrado.

Aprovecho este espacio para enviar una cordial felicitación a todas las abogadas y abogados que trabajan diariamente en favor de la justicia, mi respeto y amplio reconocimiento a quienes ejercen éticamente esta profesión y a quienes  actualmente cursan sus estudios universitarios con la convicción de trabajar en aras de la legalidad.

Continuemos cumpliendo nuestra responsabilidad social con valentía y  honestidad, aplicando siempre la ley en defensa de causas justas.