En el último proceso electoral Andrés Manuel López Obrador no apareció en la boleta, detalle que hizo diferencia de cifras en muchas zonas del país, ni que decir de la CDMX; en Veracruz pasó lo contrario, con todo y la ausencia de la marca López Obrador en la papelería electoral, el Movimiento de Regeneración Nacional superó en posiciones el triunfo que tuvo cuando la elección presidencial anterior.
Desde hace muchos años Veracruz ha representado un territorio de fuerte crecimiento para el morenismo, pero los actores políticos en funciones como Hopólito Rodríguez Herrero, fallido alcalde de Xalapa, más algunas diputadas y diputados que no aportan al Congreso y únicamente cobran gracias a la suerte de haber ganado por el membrete de MORENA, son triste ejemplo de que el partido está infiltrado por vividores e ignorantes. Ante ello era muy importante fortalecer la estructura morenista en la entidad, un trabajo pesado que implicó recorrer el territorio para convencer a la ciudadanía sobre lo conveniente de la continuidad del proyecto.
MORENA es una institución sui generis, algo que un servidor ha comentado directamente con encumbrados miembros del partido, pues todavía no tiene una estructura como otros partidos tradicionales, lo que le aseguraría una presencia constante en todo Veracruz, tampoco tiene un proyecto de formación política, pasó por una gran polémica para tener una dirigencia nacional y a nivel estatal sucedió lo mismo.
Fue por ahí de mediados de marzo del 2020 que el Jefe de la Oficina del Gobernador de Veracruz presentó su renuncia al cargo, Esteban Ramírez Zepeta dejaba la comodidad de una oficina, el privilegio de pertenecer el más próximo círculo laboral del gobernador Cuitláhuac García; lo que detrás conservaba era la confianza del titular del ejecutivo por tomar las riendas del rumbo de su partido con un tiempo limitado, para reforzar su estructura y buscar resultados positivos en la elección. Esteban Ramírez inició de inmediato recorridos por todo el estado, para platicar con los militantes a fin de conocer sus propuestas e incluirlas en su programa de trabajo.
Hoy, a casi año y medio de su renuncia al Gobierno Estatal, Zepeta construyó su propio éxito político, rodeado de jóvenes colaboradores que ya tenían el encargo de mantener vivo al partido, esquivó el fuego amigo de Palacio de Gobierno y de la Ciudad de México, borró de tajo la ambición de varios integrantes del morenismo que buscaban hincarle el diente al proyecto para aprovecharlo personalmente y repartir las candidaturas a conveniencia, sin escuchar a la militancia.
¿Qué hizo Esteban? Apegarse a uno de los valores fundamentales de la política, ser pragmático; su encomienda se trasladó de el Poder Ejecutivo al trabajo directo con la ciudadanía, respondiendo positivamente a la confianza que el gobernador de Veracruz le otorgó, pues prefirió dejar ir a uno de sus más cercanos para poner en sus manos la responsabilidad del partido, o sea, del proyecto morenista y su continuidad en Veracruz.
28 diputaciones locales, más que en la Legislatura que va de salida, 19 diputaciones federales con todo y lo que representaban negativamente perfiles como “Paletachupada” Rafael Hernández Villalpando, un montón de Alcaldías ganadas; los números son razones de sobra para que Esteban hoy busque ser, formalmente, el dirigente estatal de MORENA en Veracruz, y su actual capital político lo confirma como uno de los colaboradores más comprometidos con el morenismo y Cuitláhuac García. Falta ver que no busquen bajarlo otra vez con fuego amigo, que se apegue a la asignación de curules por paridad de manera transparente y que tenga la cabeza fría para no pensar que lo conseguido basta para regodearse, como algunos de sus correligionarios lo muestran diariamente difundiéndose como “operadores estrella”.
Si la política estilo 4T está dando resultados es tema aparte del asunto, porque la sociedad volvió a confiar en MORENA, posiblemente la ola de López Obrador no ha roto todavía en nuestro estado, es una realidad que faltan políticos de carrera en ese partido, que las y los inventados caigan por su propio peso y por el bien de la institución; y la otra cara de la moneda es que Esteban le cumplió a Cuitláhuac. Por otro lado, falta saber si las denuncias de la oposición sobre de una intervención del Estado en la elección en algún momento se confirmen o descarten, no se puede tapar el sol con un dedo.