Vertiginoso ha sido el pasado inmediato para el morenismo artificial, la ola lopezobradorista ha sido tan grande que se han encaramado en ella personajes de todos los colores, ideologías y vicios. Después de la última jornada electoral confirmamos que cualquiera puede llegar a un cargo de elección popular, sin profesión, sin idea, sin carrera o mérito político; simplemente por obra y gracia del color guinda.

No vamos lejos, Xalapa sigue sufriendo el gobierno de un académico venido a ideólogo y político; la sucesión en la alcaldía de la capital veracruzana generó polémica al interior de MORENA, igual que en muchas entidades, poniendo frente a frente a los fundadores del partido y los disfrazados de paladines de la 4T; conflictos alrededor de las designaciones de candidaturas.

Es de entenderse, de la noche a la mañana se armaron campañas y cuentas en redes sociales para promocionar personajes que nunca pisaron una asamblea de partido, mucho menos caminaron el territorio hasta la mera campaña, dejando a un lado la seriedad y congruencia de cientos de militantes morenistas que merecían verdaderamente una candidatura. Poder por el poder, poniendo a quien sea.

En medio de ese diverso, tropical y enorme mosaico de personalidades, hay ciudadanos que merecen un reconocimiento a su humildad y compromiso institucional, valores fundamentales de la política, ausentes hoy en los nuevos guindas. Yair Ademar Domínguez ha militado en MORENA desde hace muchos años, mas que varios que hoy charolean con las siglas del partido; él se ha dedicado a trabajar y no más, eso le ha valido tener el puesto en el que hoy funge, operando en favor del proyecto, sin escándalo pero con resultados.

Podría exponer argumentos y hechos de su trayectoria que comenzó desde el 2010, pero basta con analizar su postura sobre lo que podría pasar con su diputación plurinominal para darnos cuenta que es un joven valiente, congriente, íntegro.

Resulta que por la fórmula que debe aplicar el OPLE para ejercer el mandato constitucional de paridad de género, el lugar que ocupa Yair Ademar en la lista de plurinominales podría ser ocupado por una mujer, y perder una oportunidad de representar a la ciudadanía desde el Congreso de Veracruz; el asunto podría hasta quitar la diputación al mismo Juan Javier Gómez Cazarín, quie  ya parece estar muy ancarrerado para brincar a la siguiente legislatura.

Total que los mérito no son pretexto para incumplir con la constitución y el Ademar Domínguez lo sabe, “no tengo problema en ceder mi posición para que una mujer ocupe este espacio en el Congreso de Veracruz, mis compañeros de Morena y yo, no estamos por un puesto político, sino que buscamos seguir trabajando desde cualquier trinchera para el beneficio del pueblo de Veracruz”.

Esa declaración parece de un viejo político, pero se trata de un veracruzano que ni llega a los 30 años y ya tiene una visión firme sobre el trabajo en favor de la ciudadanía y su partido. Parece que a él no le apura comerse el éxito del proyecto morenista a puños, como otros lo hacen sabiendo que aparecieron en la escena por circunstancia nadamás y jalarán lo que puedan mientras duren; mucho menos tiene miedo de hablar con los medios, tampoco es de los morenistas que llevan por delante los prejuicios hacia el periodismo.

A Yair Ademar no le va a llegar la circunstancia, él mismo la está construyendo con seriedad, sensibilidad y los pies en la tierra.