La Universidad Veracruzana, pertenece al pueblo de Veracruz, y, desde luego, al pueblo de México; por lo tanto no debe de estar sometida a un marco de una autonomía que pretende justificar así, una individualidad ajena al contexto social, incarcerada, encerrada, amurallada, en donde no aporta de forma clara y precisa, beneficios a una población necesitada de ellos; formándose en su interior cotos de poder que se circunscriben a la complacencia académica no evolutiva; enmascarando y limitando su desarrollo, pero, sobre todo, sin aportar como ente público, acciones tangibles sostenidas o sustentables que otorguen certeza, de que el dinero que el pueblo aporta para la educación superior, se encuentra efectivamente fortaleciendo el crecimiento cognitivo para el bien común. Por lo tanto, ante ello, se tiene que evaluar constante y permanentemente a la Universidad por un consejo ciudadano externo. Enmarcada como se encuentra la UV, en pretensiosa intensión de no rendir cuentas a quienes proporcionan los recursos económicos para sostenerle con presupuesto del erario público, además de los cobros por inscripciones o exámenes de lo cual no hay rendición de cuentas claras; esta entidad educativa, tiene que ser auditada para  informar a los ciudadanos en qué y cómo se han utilizado esos recursos, cuál es su evolución en bien de la academia, y como beneficia ello a su obligada responsabilidad social.

La pretensión de la actual rectora de apresurar en su momento, insistentemente a la Legislatura, de que se aprobara el Anteproyecto de Ley Orgánica, que a nombre de la Universidad Veracruzana habría entregado al Congreso; aprobado este Anteproyecto por un inducido Consejo Universitario General, en mayo del 2019, pretendía y pretende aislar a la Universidad de una fiscalización ante el pueblo de Veracruz.

Los órganos correspondientes del Estado, tienen la obligación y la responsabilidad de vigilar el buen uso de los recursos públicos. La Universidad no sólo es un bien de quienes ahí laboran o se forman, la Universidad pública es patrimonio de la población, que no ve que se materialicen hechos para beneficio de esta misma sociedad, presentando deficiencias graves y deplorables, como cuando el pueblo de Veracruz, observa y siente el rechazo para con sus jóvenes que buscan el ingreso, en un sistema selectivo de “clases” que deplora la consciencia y necesidad social de entusiasmadas familias, que desean que sus miembros tengan mejores oportunidades de vida con el enriquecimiento y la construcción de pensamientos que les permitan mejores horizontes de evolución.

Si la comunidad universitaria no escucha las voces externas, están en un serio error, porque continuarán encerrados en un comportamiento dañino y abstracto, viviendo en la irrealidad, limitando el conocimiento, sin oportunidad de prosperar; cerrarse y negar la importancia de establecer vasos comunicantes con los diversos estratos sociales y productivos, retrasa de forma exponencial la tarea de la formación profesional, la academia y el desarrollo.

Urgente una auditoría a la Universidad Veracruzana; económica, financiera, administrativa, moral y social, porque hay hechos que denotan francas irregularidades, como la adquisición de algunos funcionarios universitarios de suntuosas propiedades materiales, de lo cual ya se ha dado cuenta de ello, tan es así, que la señora Sara Ladrón de Guevara, lleva a cuestas a una de sus más cercanas ex colaboradoras, la señora Clementina Guerrero, a quien se le ha girado, desde hace un buen tiempo ya, orden de aprehensión por corrupción.

Sintácticas

De Poliziatnsky:

Tengo consideración con todos los que en el poder pretenden engañar a sus conciudadanos, ya que al final de su mandato, cualquiera que sea la forma y el tiempo, tienen la sentencia social.

De una Condesa, astuta:

La comodidad de un matrimonio, es que tienes una casa, que siempre que quieras, a manera de dote, terminas arrebatándole al marido para que en ella lleves a otro amante.

De una dama experimentada:

La desventaja del agua como para chocolate, es que siempre termina dándote diarrea.

De un filósofo dramaturgo:

La puesta en escena en 1974 de La Virgen Loca, fue precisamente una idea loca en su momento; esta obra  permite adentrarse en la vida de una mujer sola, abandonada, sin placeres sexuales, llena de angustias, con mirada de amargura y frustración, enojo y deseo, ante una sociedad vigilante de la vida de los demás.

De otro dramaturgo:

En una obra juegas con la máscara de la condición humana, y es entonces cuando se descubre la abstracta definición de la realidad.

Un viaje por el arte y la música a través de las emociones. Ramon Gener. BBVA. EL PAÍS: