La cerámica ha estado en la vida del ser humano desde sus orígenes, sin embargo está antigüedad no fue lo que sedujo a Abel Zavala, quien a pesar de su formación como pintor, finalmente eligió la cerámica como forma de expresión por la versatilidad que le permiten los materiales.
«Me fue atrapando el material, creo que especialmente ahora sirve muy bien por su versatilidad porque me permite hacer tanto objetos escultóricos como utilitarios, u objetos que bien podrían ser un boul, pero también una escultura».
En esta ocasión, Zavala abrió las puertas de su taller a AvcNoticias para descubrir las sorpresas artísticas que crea el fuego cuando lo combinas con un poco de minimalismo.
Minimalismo y naturaleza
El ceramista, quien inició su formación en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, describes trabajo apegado a la principios del minimalismo.
«Siempre trato de hacer piezas muy sobrias con economía en los elementos, de hecho no utilizo casi colores, trabajo casi siempre con blanco o negro o colores naturales de las tierras».
Asimismo, Zavala reconoce que su principal inspiración para crear las hermosas piezas de cerámica que pueden observarse en su taller, es igual de antigua que la técnica que utiliza: la naturaleza.
«Mucho de lo que hago son formas orgánicas, tomadas de las plantas, me gusta también interpretar el paisajes. Me baso mucho en observar el comportamiento de los organismos. Hago analogías con como se puede poner un objeto escultóricos en una galería o en algún espacio de la misma forma en la que unas plantas viven unas sobre otras».
La naturaleza no sólo le sirve de inspiración al artista, sino que literalmente forma parte de su obra, ya que suele acudir al bosque o a los cerros cercanos para conseguir las tierras naturales que brindan los colores tan elegantes a sus piezas.
Las sorpresas del fuego
El artista nos reitera el gran protagonismo que busca dar a los materiales en cada pieza que crea, ya que permite prefiere dejar que las propiedades naturales de la cerámica y la porcelana sean los que destaquen.
«Por ejemplo, utilizo mucho la porcelana, y no le pongo nada porque ya en sí misma tiene características que le dan gran belleza, como la blancura y en otros casos uso tierras naturales para colorear las pastas».
Zavala nos comparte, además, que el no agregar mayores aditamentos a los colores de sus piezas le permite maravillarse con la transformación que los materiales experimentan tras su paso en el horno.
«Me gusta mucho las sorpresas que deja el horno, porque muchas veces las tierras o los materiales cerámicos se ven de un color cuando están crudos y siempre me gusta la sorpresa de qué va a pasar cuando hayan pasado por el fuego».
1200° centígrados: el calor que crea arte.
Sobre la técnica de cerámica en alta temperatura, Zavala nos explica el proceso por el que pasan todas sus obras.
El trabajo empieza trasladando la imagen mental a la realidad, para ello se requiere dar forma dando forma a la pieza y aunque el ceramista prefiere las placas, también existen otros método como las cuerdas, el torno o tenías manuales.
Posterior a ello viene el secado de la pieza, el cual hay que controlar «porque si una pieza se seca muy rápido se puede deformar o romper».
Después de que la pieza se secó, se realiza la primera quema, que se llama sancocho, «que es de baja temperatura, aproximadamente a 800 grados centígrados».
Después del horneado, la pieza se lija por si tuviera algún defecto o detalle, se aplican los acabados y se vuelve a meter al horno a 1200 grados centígrados.
Las barreras del arte
El artista nos explica que aunque para algunas personas la cerámica tiene principalmente usos utilitarios, él es mucho más partidario de romper las barreras entre lo que es arte y los objetos de uso cotidiano.
Esto lo explica porque existen muchos objetos que aunque tienen una finalidad que no necesariamente es la contemplación, tiene tratamientos muy fino, un amplio estudio de la forma.
«Hay lugares, por ejemplo en China cuando hay concurso de cerámica no hacen diferencia entre sí la pieza es una escultura que no tiene otra utilidad que ser contemplada que una vasija, están en el mismo nivel, no se hace esta diferencia y a mi me gusta pensar así también».
«Así como hago objetos escultóricos también he llegado a hacer piezas utilitarias en la que paso mucho tiempo estudiando la forma, hago acabados especiales adornando de manera especial, muchos detalles. A mí me gusta desdibujar estos límites entre lo que es escultura, lo que es arte, lo que es utilitario, soy más bien partidario de borrar esas barreras», concluye Zavala.
Ejemplo de este esfuerzo por desdibujar las barreras del arte y lo utilitario, puede mencionarse la exposición más conocida de Zavala: Guardapelo, la cual sintetiza la propuesta minimalista con la explotación de los materiales.
Guardapelo se expuso por primera vez en el Museo de Antropología de Xalapa y representa cuatro años de trabajo de Zavala. En esta exposición, el artista busca involucrar a los espectadores a partir de la textura de los distintos pelos de animales que componen las piezas:
«Quería que el espectador pudiera revisar el material, tanto el pelo que es muy rico en texturas, en colores… me gusta la idea de que para percibir eso, el espectador tuviera que agacharse para ver las piezas más pequeñas o mirar hacia arriba con las piezas de seis metros de altura».
Esta exposición ha sido llevada a diferentes espacios culturales como la Galería Andrea Pozo, el Claustro de Sor Juana, ambos en la Ciudad de México y la USBI de Boca del Río.
Acercarse al arte: Xalapa y la pandemia
Zavala confiesa que afortunadamente la pandemia no afectó directamente a su trabajo, pues al tener un taller en donde colabora sólo con su hermano, fue innecesario detener su producción artística.
No obstante, eso no lo excentó de las preocupaciones emocionales que todos hemos experimentado después de varios meses de confinamiento.
Asimismo, también afectó al artista el cierre de los espacios culturales, por lo que aprovechando que en Xalapa se están empezando a abrir los recintos artísticos, invitó a maravillarse con las distintas propuestas que hay en la capital veracruzana.
«Mi recomendación siempre es que se acerquen a museos y galerías. Que disfruten la oferta tan grande en Xalapa, siempre hay algo que ver».