El ímpetu transformador de nuestro señor presidente municipal, Hipólito Rodríguez Herrero, es imparable; cada idea y forma de comunicarla nos deja claro la visión que tiene El Doctor sobre la función del servidor público. Ahora nos aventó la buena nueva de que Xalapa tendrá parquímetros, por fin, como las grandes ciudades del mundo, esas metrópolis boyantes que afrontan las problemáticas actuales con políticas de vanguardia.

Bueno, objetivamente no es malo que haya parquímetros en una ciudad, pero ¿está preparada la ciudadanía xalapeña para ello?. Al mas puro estilo del alcalde y su administración, ayer echó la culpa a la ciudadanía que vive en la avenida Murillo Vidal donde arrancaría la operación de los parquímetros, porque “muchos de los que habitan ahí quitaron la cochera y pusieron un negocio. Ahora los coches se estacionan en la calle, en el espacio de circulación”; justificando así el retomar del proyecto que ya está incluido en un plan de movilidad presentado en septiembre de 2019.

Como ha sido costumbre, para muchos gobiernos morenistas la ciudadanía es una bola de gente que no sabe cómo vivir, que es culpable de sus mismas problemáticas y necesitan ser rescatados por gobernantes de inagotable conocimiento, elevada conciencia, valor moral intachable, en lugar de poner a consideración de los sectores de la sociedad las acciones que son ejecutadas con recursos públicos. ¡Vaya soberbia!

El primero en alzar la voz, en contra por supuesto, fue el alcalde electo Ricardo Ahued Bardahuil, justo comentábamos en este espacio, en la anterior entrega, que Ahued tiene en el alcalde saliente su primer reto, y parece que lo afrontará mucho antes de tomar posesión.

Don Ricardo le dio una repasada de cómo se deben abordar públicamente temas que inciden de manera tan marcada en la vida diaria de la sociedad, poniendo las cartas sobre la mesa, “está en su derecho, él es el alcalde, se le respeta, él tendrá que decidir con su Cabildo, primero lo tiene que aprobar el Cabildo, y tengo entendido que el Congreso local lo tendría que aprobar si no se tendría una bomba de tiempo y se tendría que echar marcha atrás y todo lo que se cobre en todo caso tendría que devolverse con interés lo que sería una bomba para la siguiente administración”.

Directamente el cobro a través de parquímetros es un beneficio económico para los particulares que los operan, hasta ahora no se ha explicado a las y los xalapeños cómo ese proyecto hará mejor la vialidad. Parece que Hipólito tiene prisa, pues dijo que la operación de parquímetros virtuales iniciará en unas semanas, de ello el Congreso estatal no tiene información, lo que aseguró la diputada local de Xalapa Ana Miriam Ferráez, además la leisladora pidió que se explique a dónde irían los recursos que generarían.

Total, parece que hubiera ya un compromiso de por medio que obliga al alcalde a apurarse, bajo la idea de que cobrar por el uso del espacio público evitará que la gente estacione sus autos por mucho tiempo en la calle, agilizando la circulación; la realidad es que eso provocará que se busquen espacios en calles aledañas a las zonas de parquímetros saturando otros áreas, conflictos entre particulares y una polémica pública inútil, como la generada por la pérgola del parque Juárez o la costosa ciclovía. En favor de su ánimo transparentoide debería también decir qué empresas serían las beneficiarias, por cuánto tiempo, y cómo serían elegidas.

Afortunadamente Ricardo Ahued públicamente se pronunció por el tema y, como hemos escrito aquí, legitimará su llegada a la alcaldía de Xalapa si sostiene su palabra; así que bien podría tener un activismo ciudadano en favor de los temas primordiales para su próximo gobierno y ponerse a trabajar en consensos, como parece que lo está haciendo.