En diciembre de 2019, días después de la detención de Genaro García Luna en Estados Unidos, en este mismo espacio publiqué: “Algunos estudiosos del fenómeno del narco y el mercado global de drogas han llegado a conclusiones que podrían explicar la situación que actualmente vive nuestro país y que ha quedado al descubierto con la detención el ex policía más poderoso de México”.
“A diferencia de Colombia, donde Presidentes, gobernadores, ministros, jueces y policías fueron objeto de la violencia de los cárteles más importantes del mundo, en México no se distingue la frontera entre la política y el narcotráfico. En el caso colombiano, los criminales infiltraron a toda la estructura de gobierno, mientras que en nuestro país, grupos y personajes políticos se volvieron de facto en los líderes de los cárteles: el gobierno infiltró al narco.”
“Casi en cualquier entidad se cuentan historias de la omisión cómplice de los mandatarios estatales que pactaron con los narcotraficantes, primero como forma de allegarse poder y recursos para alcanzar el poder, y después, como una fuente efectiva e inagotable de dinero.”
La elección de pasado domingo confirmó que efectivamente las cosas han cambiado. Tras la llegada de Morena y ante la omisión voluntaria del gobierno federal –“queremos abrazos, no balazos”-, el narco decidió que era momento de convertirse en gobierno en muchos estados y municipios bajo su control. Eso explica que hayamos tenido el proceso electoral más violento en la historia del país. Para eso también sirvió la jornada electoral del domingo pasado.
Fue el Presidente López Obrador quien validó y celebró la actuación de la delincuencia organizada en los comicios. “La gente se portó muy bien, los que pertenecen a la delincuencia organizada en general bien, muy pocos actos de violencia de estos grupos, se portó más mal la delincuencia de cuello blanco, pero no se pasaron de la raya y tampoco alteraron en lo fundamental los resultados”, dijo el presidente en la conferencia de prensa del lunes, sugiriendo temerariamente que los primeros habrían actuado en su favor y los segundos en su contra.
En su edición del fin de semana, aun sin conocer los resultados electorales, la revista Proceso publicó que el gran ganador de los comicios en México es el narcotráfico. En su reportaje principal hace una descripción vasta y detallada del fenómeno del narco.
Con base en la publicación, uno de los intelectuales más reconocidos de la izquierda en México, fundador del PRD y ex embajador de nuestro país en Cuba, don Ricardo Pascoe Pierce (México ante el poder dual. Excélsior), identifica la nueva composición política del país: un poder dual, distinguido por un “autoritarismo narco”.
Y cito: “Cártel por cártel y estado por estado, Proceso detalla cómo el narcotráfico ha centrado sus esfuerzos en controlar no sólo las zonas de sus rutas de trasiego de droga, sino también en controlar gobiernos estatales y municipales para usar sus presupuestos para beneficio propio, además de cooptar o neutralizar sus respectivas fuerzas de seguridad.”
“Esta estrategia explica muchos, si no todos, los asesinatos de candidatos en determinados municipios del país y los apoyos dados a sus candidatos favorecidos a diversas gubernaturas que les reportaría a los cárteles un salto cualitativo en el control del poder político. Estados como Sonora, Sinaloa, Nayarit, Colima, Zacatecas, San Luis Potosí, Michoacán y Guerrero enfrentan una intensa intervención del narcotráfico para hacerse de los gobiernos estatales. En algunos, o todos, de estos estados donde ganen los candidatos que apoyen al narcotráfico, hacen que el país se encamine a una situación de poder dual.”
Y lo explica de esta manera: “El poder dual es aquel donde el poder político constitucional y democrático tendrá que compartir el poder real con fuerzas que son manifiestamente contrarias al ejercicio democrático y legal, pues su propósito declarado es la destrucción del poder constitucional.”
“Esta elección es histórica por muchas razones, pero la razón histórica más siniestra es que marcará la consolidación del poder dual en México. Municipios y zonas enteras serán “territorio libre” del narcotráfico, al igual que algunas gubernaturas y sus respectivos estados. El poder estatal nacional deberá conciliar, entonces, entre sus responsabilidades constitucionales y el empuje anticonstitucional de los poderes alternos. Hasta que uno venza al otro.”
“Ahí está el reto. El problema es que el gobierno constitucional mexicano no tiene, aparentemente, ni la voluntad política ni la disposición que requiere la tarea de derrotar al poder alterno, en este caso el narcotráfico. Tampoco se decide a enfrentar el crimen organizado de forma frontal. Por tanto, lo que arroja esta elección como su resultado más importante es que el poder dual se consolida en México. Y abre un periodo de confrontaciones entre constitucionalismo y legalidad, y la propuesta contraria: la imposición del narcoestado en el país.”
Esta es la triste historia del país. Los gobiernos priistas y panistas se coludieron con el narco. Morena no lo hizo, simplemente permitió una narcodemocracia que dio lugar a un autoritarismo narco. ¿Quién romperá primero el pacto?
Las del estribo…
1. La vicepresidenta de EU Kamala Harris, aseguró ayer que, durante sus reuniones con el presidente de México, le pidió que deje «hacer su trabajo» sin obstáculos a las ONG y la prensa. Digo, por si no le había quedado claro el Memorándum de Joe Biden. Lástima que este pequeño detalle pasara de largo en el comunicado oficial del Presidente López Obrador
2. La feligresía morenista expresa todos los días su odio al demonio de la corrupción encarnada por el PRI. Pero nada opinó cuando su Mesías invitó al diablo a ingresar al templo para que lo ayudaran a reconstruir su Iglesia. Cosas de la fe.