España permite desde este lunes la entrada de viajeros que acrediten haber recibido la vacuna completa de contra el COVID-19 y autoriza el atraque de los buques de cruceros internacionales, a punto de comenzar la temporada turística veraniega, la más importante del año.

La vacunación se debe haber completado al menos 14 días antes de llegar con las marcas Pfizer, Moderna, AstraZeneca o Johnson & Johnson, autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), o las chinas Sinopharm y Sinovac-Coronavac, autorizadas por la OMS.

Según decidieron las autoridades españolas, todos los pasajeros que lleguen al país por vía aérea o marítima deberán cumplimentar antes de la salida un formulario de control sanitario en la web o la aplicación Spain Travel Health, sobre vacunación, tener una prueba diagnóstica de coronavirus o de recuperación tras haber sufrido la enfermedad.

En el caso de fronteras terrestres, todas las personas mayores de seis años procedentes de países o zonas de riesgo que lleguen a España deberán disponer de alguna de las certificaciones citadas.

No podrán entrar en España, sin embargo, los viajeros que lleguen de Brasil, la India y Sudáfrica debido a la alta incidencia de las variantes del COVID-19 en esos países.

Aeropuerto de Palma de Mallorca (Reuters)

Europeos no vacunados

A su vez, España pondrá a prueba el certificado verde digital, un código QR consensuado por los 27 países de la UE, que avala que el turista no tiene covid bien porque está vacunado, ha pasado la enfermedad o presenta una prueba negativa.

La normativa española admitirá las pruebas de antígenos rápidas aprobadas por la Unión Europea como certificado diagnóstico, junto con las PCR.

Serán válidos los certificados con resultado negativo expedidos en las 48 horas anteriores a la llegada a España; en los de recuperación, la validez finalizará a los 180 días.

Deberán estar redactados en español, inglés, francés o alemán; si no fuera posible, el documento acreditativo deberá ir acompañado de una traducción al español realizada por un organismo oficial.

Este relajamiento de las restricciones llega con una salvedad de peso en Europa: España sigue siendo considerada de riesgo por el Reino Unido, lo que implica que este último país impone una cuarentena a sus ciudadanos al volver, desalentando su venida a las playas españolas.

España, un potencia turística mundial, espera poder recuperar poco a poco este sector, perjudicado gravemente por las restricciones internacionales de viaje debidas a la pandemia. Solo en los cuatro primeros meses de este año, perdió cerca de 20 millones de turistas extranjeros en comparación con 2019, antes de la pandemia, cuando llegaron casi 84 millones de visitantes en total. “España es un destino seguro y estamos en condiciones de recuperar pronto nuestro liderazgo turístico mundial”, declaró la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

La respuesta de las navieras al levantamiento este lunes de la prohibición de los cruceros internacionales en España ha sido inmediata y algunas ya han incluido puertos españoles en sus itinerarios por el Mediterráneo de este verano.

El fin de la prohibición viene acompañado por una serie de medidas que deben cumplir los cruceros, como no superar el 70-75 % del aforo máximo.

España fue en 2019 el segundo mercado receptor de cruceristas en Europa, con 10,8 millones de pasajeros (+ 49 %), y el cuarto emisor, con 553.000 (+ 4,4 %).

INFORMACIÓN/EFE

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