“Quería vendernos un avión y le vendimos una refinería” reza un meme que muestra al presidente Joe Biden en una franca y espontánea carcajada. La picaresca mexicana es infalible aun en la tragedia política o económica.

Este lunes, a escasas dos semanas de la jornada electoral, el Presidente López Obrador hizo el anuncio de la compra de la refinería Deer Park, ubicada en Houston, Texas, a la empresa anglo-neerlandesa Shell Oil Company. En realidad compró sólo la mitad porque Pemex ya era accionista del otro cincuenta por ciento.

Ironías del destino: la mitad de la refinería la compró Carlos Salinas y la otra mitad Andrés Manuel López Obrador.

Se trata de una refinería que está por cumplir un siglo y que, sin embargo, tiene la misma capacidad de procesamiento que tendrá el emblemático proyecto morenista de Dos Bocas: 340 mil barriles de crudo por día. La diferencia es que mientras la primera tiene un costo total de 1,200 millones de dólares, la joya de la corona presidencial nos costará al menos ¡catorce veces más!

Hasta ahora nadie parece entender donde está el negocio más allá de la falsa percepción de que México será autosuficiente en la producción de gasolinas en un par de años más. Lo será porque la tendencia mundial es reducir el consumo de combustibles fósiles, no porque el país vaya a ser más eficiente con dos nuevas refinerías en su portafolio. El Presidente sabe que su promesa de una gasolina barata no podrá cumplirse.

En medio de su euforia, a López Obrador se le olvidó mencionar que Deer Park lleva dos años consecutivos de pérdidas. Los números rojos alcanzaron los 4,056 millones de pesos durante 2020 y 1,438 mdp en 2019, de acuerdo con su reporte anual enviado a la Comisión de Bolsa y Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés).

Además, la empresa Shell Oil Company ha empezado a vender sus refinerías de acuerdo a la nueva política ambiental del presidente Joe Biden de despetrolizar la economía para reducir emisiones contaminantes y frenar el calentamiento global. Es decir, vendieron a tiempo un cacharro que en poco tiempo no pasará la verificación.

¿Por qué parece un gran negocio? La sociedad entre Pemex y Shell data de 1993, cuando la paraestatal mexicana compró 49.9% de Deer Park para procesar crudo maya (pesado), mientras la empresa privada se encargaría de la operación de la refinería. En términos de volumen de lo procesado, la refinería está entre las 25 más grandes de Estados Unidos.

¿Por qué no lo es? Porque compramos la parte menos rentable del negocio; Shell se quedó con su planta de productos químicos de propiedad total, ubicada junto a la refinería. Deer Park Refining Limited Partnership hace gasolina; Deer Park Chemicals produce todo lo que miles de empresas necesitan para hacer plástico: Olefinas ligeras: etileno, propileno y butilenos.

Además, ha puesto en evidencia el sobrecosto en la construcción de la refinería de Dos Bocas. Cada vez es más probable que el proyecto resulte más elevado en tiempo y en inversión. Las consultoras estiman que el caprichoso complejo refinador de Pemex entraría en operación entre dos y cuatro años después del estimado por el Presidente, es decir, incluso después de que haya concluido su administración.

Por eso es entendible la carcajada de Joe Biden.

Poderes sometidos a la humillación

Sometidas por la ignorancia y la complacencia, las Presidentas del Congreso local y del Tribunal Superior de Justicia no sólo serían destituidas por desacato sino incluso llevadas a juicio por negarse a dar cumplimiento a la sentencia de amparo que ordena reinstalar como Magistrado a Roberto Dorantes Romero, quien fuera removido ilegalmente por el Congreso del Estado.

Por lo pronto, un Juez Federal ya impuso una multa a la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Inés Romero Cruz y a la presidenta del Congreso local, Adriana Paola Linares Capitanachi y ordenó el inicio de un procedimiento en su contra que podría resultar en su desafuero e incluso su destitución y encarcelamiento.

Ambas siguen confiando en los abogados que no han gano un caso ante tribunales federales y la Suprema Corte.

Las del estribo…

1. El gobierno de Veracruz ha iniciado una cacería política y jurídica en contra del candidato a la presidencia municipal de Veracruz Miguel Ángel Yunes Márquez. Ha sido tan artera que hasta Ricardo Monreal tuvo que salir en su defensa.

2. Pide el gobernador a los candidatos evitar eventos masivos como los que hizo Morena hace algunas semanas; en cambio, advierte se permitirá a los planteles educativos reactivarse incluso con semáforo naranja o de riesgo “alto”. Su desesperación electoral no tiene límites.